Al Ministerio Público le cabe la expresión “nadó y nadó y murió en la orilla”, por haber solicitado un plazo adicional de cuatro meses para concluir y hacer formal presentación de su acusación del caso que llamó Calamar. ¿Y no dizque estaba blindado? ¿Y no que era innecesaria la auditoría pendiente de la Cámara de Cuentas para una acusación robusta? Voces expertas aconsejaron por lo debilucho de su expediente sostenido a partir de delaciones premiadas, por lo que ahora se ve clarito que hubo arrebato en allanamientos y apresamientos. Igualito sucedió en el caso Medusa, que la CC entregó a la carrera una auditoría y a los cuatro días ya estaba lista la acusación. La precipitación es mala consejera y el proceder, en casos tan delicados, da mala espina.

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