La semana pasada monseñor Agripino Núñez, al valorar el diálogo nacional convocado por el presidente Abinader, apreció que hay una especie de vacío y que está “muy cargado de aspectos políticos”. Es así, la política y los políticos monopolizan ese diálogo marginando a otros sectores. La historia se repite con la constitución ayer de la Mesa de Seguimiento y Consulta ante la Situación de Haití, integrada por nueve representantes, cuatro de los partidos mayoritarios, cuatro de partidos minoritarios y uno del gobierno. ¿Dónde quedan los demás sectores (empresariales, sindicales, sociales, religiosos…), fundamentales para la defensa del país? Los políticos son los que más hablan, pero no necesariamente los únicos que pueden dar la cara a la hora de hacer valer la soberanía nacional.

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