Con el magistrado Rodríguez Consoró se fue por la borda la teoría de que los jueces son temerosos de lo que vayan a decir las redes sociales, y a una suerte de tribunal callejero instalado al estilo del Foro Público trujillista. Que se espantan también por la cruzada moralizadora del Ministerio Público y por juicios mediáticos que no contemplan la presunción de inocencia y que prejuzgan. Consoró es el primero que se atreve a salirle al frente a la PEPCA. Y no solo eso, en lo que casi alcanza la categoría de pela de lengua, acusó al “Ministerio Público Independiente” de abusar y atropellar, de ser abusivo, inoperante y de alimentar el morbo. Dice sentirse perseguido con injurias y calumnias. Como dirían en el Cibao: “Palabras ha habido”.