La nominada por Trump como embajadora en la República Dominicana, Leah Francis Campos, quizá sufrió un extravío al declarar al Comité de Relaciones Exteriores del Senado que trabajará “incansablemente para contrarrestar la influencia del Partido Comunista Chino” en nuestro país. En su currículum figura haber trabajado para la CIA, por lo que tal vez sus métodos no son los de la diplomacia, además de que es probable añore la lógica de sus tiempos al fragor de la Guerra Fría. Mientras le abonan el terreno para un aterrizaje más confortable en nuestro suelo, le decimos a Leah que el injerencismo no reditúa en ese mundo, y que aquí dejó muy malos recuerdos “Wally” Brewster, dinámico embajador estadounidense que ignoraba las formas diplomáticas, atropellaba y ofendía y no tocaba puertas, las empujaba.