Salvo el lance del PLD con el Ministerio Público, en el ambiente no hay crispación política, ni debates, ni rencillas, ni dimes y diretes. A la mayoría de políticos y partidos, en particular los más grandes, se les ha visto activos y han sabido aprovechar la época sin necesidad de que se produjera el consabido llamado a “tregua navideña”, además de que ningún cura se ha dignado en pedirla. Pero ya en este tramo de diciembre, con la Nochebuena prácticamente encima, si es que merodea algún resabio, nuestra petición sincera es que se entierre el hacha de la discordia política y que nuestros políticos se recojan lo más que puedan hasta Año Nuevo. Ojalá y qué bueno sería que resulte de esa manera.

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