Que los maestros abandonen las aulas es reprochable desde todo punto de vista; no hay manera de apoyar a la ADP en acciones de esa naturaleza. Pero poniendo eso a un lado, hay que convenir que el gremio magisterial dio ayer viernes una contundente demostración de fuerza, soberbia, plebiscitaria, diría alguien amigo de exagerar, lo que solo ocurre cuando todos los sectores políticos que inciden en su seno, incluidos los gobiernistas, concurren en el mismo objetivo y empujan, al unísono, en una misma dirección. Es un mensaje que debe saber leer el ministro de Educación, Roberto Fulcar, porque aparenta que en el fondo se podría estar moviendo algo que trascendería, incluso, a la demanda de aumento salarial.

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