Estos días son propicios para un tema: la identificación de todo un grupo o conglomerado humano por la acción o conducta delictiva de uno de sus miembros. En ese mismo contexto debe abordarse la cuestión de la nacionalidad, al hablar de un asalto, un choque, de narcotráfico y más, cuando se insiste únicamente en el origen del o de los involucrados, lo que podría inducir a generalizar que todos los de esa nacionalidad son tales. Ejemplos: un haitiano mata, una venezolana involucrada, un mexicano cabecilla… cuando precisamente su procedencia ni tiene que ver ni es relevante. Insistir en el país de origen del implicado y relegar los hechos de que se trate, quizá arrastre algo de prejuicio antiinmigrante, discriminación, xenofobia o, sencillamente, falta de ética en el oficio.

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