Nadie tenía expectativas con la designación de una “nueva” Suprema Corte de Justicia, porque el procedimiento, orlado por el trato vejatorio a que fue sometida la jueza Miriam Germán anunciaba una reiteración de actuación conveniente según los intereses en juego. El trance que acaba de vivir Luis Henry Molina en el conocimiento del expediente Odebrecht pone en evidencia lo adelantado. Los reclamos de inhibición por sus vínculos con el acusado senador de San Cristóbal Tommy Galán han sido más que explícitos, mediante declaraciones, vídeos y fotos muy sugerentes. El hoy magistrado debió economizarse ese escarceo transmitido en vivo por la televisión y rodando en las redes. La inhibición evitaba la conclusión: más de lo mismo.

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