El nuevo presidente del Tribunal Constitucional fue reiterativo en un punto, tanto durante su juramentación como en la toma de posesión. Insistía: No debe haber temor; la independencia del tribunal está garantizada; prometo imparcialidad… Buen comienzo de Napoleón Estévez Lavandier, ya que desde su selección hay resquemor pues se dicen cosas, en especial acerca de sus supuestos vínculos con el partido de gobierno y determinada oficina de abogados. Ojalá que su discurso no se parezca al de campaña de Trujillo en abril de 1930, del cual se extrae la famosa frase que titula este escrito: “No hay peligro en seguirme… serviré lealmente en el porvenir”. Lo que vino luego lo registra la historia, Trujillo incumpliendo su promesa y tiranizando la voluntad popular.

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