Con la violencia extendida es habitual que la sociedad acepte los abusos de la Policía, como ocurrió con el joven abogado Argenis Martínez, que murió por “asfixia mecánica violenta” a manos de policías. Fue denunciado por el Colegio de Abogados, cuando parecía que quedaría impune. La autopsia del Inacif determinó que lo mataron. Un vídeo muestra el momento de detención. Lo derribaron con violencia, ya esposado, lo estrangularon. Pero Miguel Surún Hernández, presidente del Colegio, asumió el caso, y la experticia reveló que Martínez fue asesinado mediante asfixia mecánica. Eso no debe seguir ocurriendo aquí, una policía multiplicadora de violencia, que provoca muertes que sólo se investigan de manera excepcional.

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