Los rezos se imponen en muchísimos sitios. La gente, en la búsqueda de amparo por la situación, recurre a ese recurso. ¡Dios es quien sabe! En reuniones sociales y hasta laborales, las imploraciones son comunes. Incluso, en las antesalas médicas es fácil encontrarse con alguien que invita al ejercicio de la imploración. Creyentes o no, se agregan a la oración. Total, dicen, ¿quién sabe? Pero lo de la pastora Rossy Guzmán Sánchez, la socia del antiguo jefe del Cuerpo de Seguridad Presidencial, Adán Cáceres, es el colmo. Según la versión de Adriana Peguero, en el Listín Diario, la asistencia al culto de los lunes era obligatoria, y si alguien faltaba recibía prisión hasta por 10 días. ¡Por Dios!

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