Entonces quienes se aventuran a consumir ciertos preparados vendidos como bebidas alcohólicas deben saber que entre los “insumos” utilizados por los bárbaros fabricantes están las tripas de pollos y partes de cadáveres de animales. Más crueles no pueden ser. De modo que no les bastaba con el metanol. Con todas las formas químicas para acelerar la fermentación. También llegaron a tan espeluznantes usos. Habla de lo que somos capaces, hasta dónde llegamos los humanos solo por dinero, que es el gran motivo que mueve a quienes se dedican a tan deleznable forma de “ganarse la vida”, provocando daños y muertes a sus semejantes. Hay que esperar que la justicia les aplique todo el peso de la ley.

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