Son tantas las versiones y especulaciones en torno a la anunciada reforma fiscal que ya no se sabe a quién creer. El propio Gobierno habla indistintamente de la misma, con funcionarios del primer nivel desdiciéndose o desmintiéndose. Hay quienes creen que es una estrategia, exagerando la magnitud de los impuestos para que cuando los impongan en menor cuantía de lo que se está mencionando, se acepten sin rechistar. Pero sea eso u otra cosa, alguien está manipulando y talvez le salga el tiro por la culata, como en el cuento infantil de Esopo: ¡Que viene el lobo! ¡Que viene el lobo!, y cuando de verdad llegó nadie lo creyó. Moraleja: es mejor la sinceridad y la confianza que la mentira.

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