En los actuales momentos el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) camina por una de sus situaciones más difíciles pero, al mismo tiempo, una de las más esperanzadora de toda su historia. Nadie puede negar que el PLD sigue siendo la principal estructura político-electoral del país.

A pesar de todo lo que el gobierno y la justicia del PRM han hecho para intentar desaparecer o desacreditar al PLD, ese partido continúa siendo una importante opción electoral, y su candidato presidencial, Abel Martínez, ha logrado consolidarse y convertirse en una de las tres opciones con amplias posibilidades de ganar las elecciones de mayo del 2024.

Desde hace mucho tiempo he estado afirmando que la mayor fortaleza que tiene el PLD en términos estratégicos, es el capital político que representa el presidente Danilo Medina. Y estoy absolutamente convencido que el ex presidente Danilo Medina es, sin lugar a dudas, una de las figuras claves para decidir quién será el próximo presidente de la República en el cuatrienio 2024-2028. Y esto así porque si bien es cierto que no es el candidato presidencial, es el líder indiscutible del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), organización que tiene muchas posibilidades de obtener muy buenos resultados en las elecciones municipales, congresionales y en la nacional. Y sus dos excelentes períodos de gobierno y las grandes conquistas alcanzadas en ese tiempo por el pueblo dominicano, son el mayor aval para que Abel y el PLD puedan reconquistar el apoyo de la población.

El primer gran reto de Danilo es lograr que Abel Martínez y el PLD consigan evitar la reelección de Luis Abinader en primera vuelta. El segundo gran reto de Danilo es lograr que el PLD obtenga una mayor votación y alcance más alcaldes que la Fuerza del Pueblo en las elecciones municipales de febrero. El tercer gran reto de Danilo es que Abel y el PLD queden en segundo lugar en la primera vuelta de mayo, logrando más votos que Leonel y la FP, lo que le garantizaría ganar la presidencia en la segunda vuelta a celebrarse en junio del 2024.

¿Podrá Danilo alcanzar la meta en esos tres grandes retos que se les presentan? Si valoramos la historia de Danilo como estratega, hay muchas posibilidades de que pueda lograrlo. A pesar de la situación de salud que hoy presenta, todo el mundo reconoce que Danilo es un gran organizador, un político de pies a cabeza, un gran armador, un trabajador sin horario ni límites y un hombre sumamente pragmático. Su historia como organizador y estratega de triunfos electorales es muy conocida y valorada.

Su primera gran experiencia como organizador político la tuvo Danilo en 1983, cuando después de las elecciones de 1982, el PLD vivió una grave crisis política que conllevó la expulsión de su secretario general, Rafael Alburquerque. En ese momento, el PLD se debilitó orgánicamente y el profesor Juan Bosch escogió a Danilo como responsable de reorganizar el PLD a nivel nacional y fortalecer la estructura orgánica de esa entidad. Otro momento en que se destacó la fortaleza y visión estratégica de Danilo fue cuando se produjo la crisis político-electoral de 1994, luego de que el doctor Joaquín Balaguer le hiciera un fraude al doctor Peña Gómez en las elecciones de mayo de ese año. Danilo fue el ideólogo del llamado Pacto por la Democracia, que evitó que el presidente Balaguer pudiera ser candidato y permitió que el PLD ganara las elecciones de 1996.

De igual manera, Danilo mostró su gran visión estratégica cuando después de enfrentar la reelección de Leonel en el 2008 y perder la convención en el PLD, supo hacer un retirada táctica sin irse de ese partido y cuatro años después logró ser el candidato del PLD y ganar la presidencia de la República, logrando de nuevo ser candidato y presidente en el período 2016-2020.

Lógicamente, como un ser humano que es, no todo le ha salido bien a Danilo en términos de estrategia. Su intento de modificar la constitución, forzar una segunda reelección en el 2020, y luego su estrategia de auspiciar a Gonzalo como candidato del PLD derrotando a Leonel en la convención del 2019, se convirtió en un fracaso, pues dividió al PLD y provocó la pérdida de las elecciones del 2020.

Hoy día el panorama político se le presenta muy favorable para Danilo reivindicarse históricamente, hablando en términos estratégicos. Tiene a mano un partido fuerte y motivado, un excelente candidato con gran fortaleza y una baja tasa de rechazo. Ojalá Danilo asuma de nuevo una correcta visión estratégica y un buen sentido de la historia, para llevar a Abel y al PLD al triunfo en el 2024.

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