Los actos de delincuencia registrados en República Dominicana en los últimos meses entre los que figuran asesinatos, violación de menores, robos, sicariato, asaltos, homicidios, feminicidios tienen seriamente atormentada a toda la sociedad. ¡Y con mucho miedo!

La exigencia de la población y de sus dolientes líderes políticos, sindicales, obreros y de otras organizaciones, es que a la delincuencia hay que “ponerle freno”.

Frenarla no con vocinglerías ni teorías que mediante declaraciones a cada momento escuchamos de parte de funcionarios del Gobierno contra la delincuencia, sino con acciones fuertes que ocasionen el apresamiento de sus ejecutores para que puedan ser llevados a la cárcel tras ser juzgados por la Justicia.

A propósito de los actos delincuenciales, que incluyen principalmente homicidios que acogotan a nuestro país y que han causado decenas de muertes en el último cuatrimestre, leamos el siguiente informe:

“A pesar de que la tasa de homicidios bajó a un promedio de 16 personas por cada 100,000 habitantes en el 2016; el 74.6% de los dominicanos entiende que la delincuencia es el principal problema de República Dominicana y el 41.4% asegura que ha limitado alguna actividad por temor a ser víctima de la delincuencia”.

¿Qué análisis -que satisfaga a toda la sociedad- podemos hacer partiendo de las escalofriantes estadísticas que proceden de un científico reporte dado a conocer a la opinión pública por una firma encuestadora que se encarga de realizar investigaciones de cara a la terrible realidad que ataca a los países de la región en diferentes segmentos?

Resaltar que el presidente Luis Abinader, por lo que percibe en su condición de jefe de Estado, ha ordenado a las autoridades competentes triplicar los esfuerzos con miras a que por lo menos bajen los actos de delincuencia. Y que las víctimas fatales disminuyan considerablemente.

Reconocer también que el director de la Policía Nacional, mayor general Eduardo Alberto Then, trabaja sin desmayo -y con estrictas órdenes a sus agentes- para que los delincuentes no sigan cometiendo sus tropelías y que el miedo de la ciudadanía no sea tan alto.

Mientras que el presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), vicealmirante José Manuel Cabrera Ulloa, realiza serios trabajos para combatir, con mano dura el tráfico de narcóticos.

Porque también con el trasiego de drogas entra el sicariato; se cometen asesinatos, secuestros, asaltos y otros crímenes.

La sociedad necesita tranquilidad y total sosiego. ¡Hay que evitar que la delincuencia siga “campeando” con sus ataques para que toda la familia dominicana pueda vivir en santa paz.

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