No hay tiempo más propicio para pensar en el futuro, que el ambiente relajado y generoso que genera el espíritu de la navidad.

Muchos lo han olvidado, otros, ni siquiera lo saben; pero la República Dominicana es un proyecto que se inicia a partir del 1838, con la creación por parte del patricio Juan Pablo Duarte de la Trinitaria.

Un proyecto cuyas columnas fundamentales son; la creación de una República Dominicana soberana, democrática, y próspera. Donde los dominicanos puedan vivir en paz, justicia y abundancia.

El lema de la patria dicta y define, a los auténticos dominicanos; individuos para quien primero está Dios, luego la defensa de la Patria y auténticos soldados en la defensa de la libertad en todas sus manifestaciones. De ahí el lema: Dios, Patria y Libertad.

La construcción de este proyecto ha costado inmensos sacrificios a miles de patriotas, hoy convertidos en héroes y mártires. Cuyo ejemplo siempre he retomado por las generaciones más jóvenes para continuar poniendo al alto la antorcha del proyecto RD.

Por siglos se ha establecido, que la perfección, es el único don que la naturaleza le ha negado al ser humano. Pero aun siendo consciente de esto, siempre debemos tratar de perfeccionarnos.

Siempre se ha afirmado que toda forma de gobierno es una forma de opresión. Y que los pueblos soportan los males que sufren, hasta que lo toleran. Y 2020 marca la línea a partir de cuando la mayor parte de la población comprometida con un futuro de progreso dijo “basta a la corrupción y la impunidad” y favoreció el gobierno del PRM que prometía un cambio de rumbo.

La pregunta que cada ciudadano en el presente debe hacerse es; ¿Ha detenido la corrupción el gobierno del cambio? ¿Ha demostrado el gobierno no tolerancia a la corrupción? ¿Ha procedido a castigar a los señalados como responsables de acto de corrupción? Es bueno tener claras estas respuestas. Porque ahora en 2024, las opciones son volver al pasado de corrupción e impunidad, o seguir transitando el sendero de combate y castigo a la corrupción y continuar el cambio.

Sobre todo, cuando la corrupción y la impunidad es la causa de los niveles de miseria, subdesarrollo y desempleo que sufre República Dominicana, porque unos pocos se roban lo que es de todos.

El dilema es simple; o establecemos un gobierno honrado, donde nadie se robe los recursos de todos para hacer realidad una sociedad de pleno empleos, buenos servicios y oportunidades para todos, una Quisqueya potencia, o volvemos al relajo del pasado, donde unos pocos se lo roban todo. La decisión es tuya en las próximas elecciones del 2024.

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