El 10 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Salud Mental, una fecha con la que se pretende crear conciencia sobre todos los tipos de padecimientos de las personas que no están mentalmente sanas.
La pandemia del COVID-19 indudablemente ha influido negativamente en la salud mental de la población en general, por el pánico a la enfermedad y al contagio, que para muchos se convirtió en paranoia, pero también por la pérdida de seres queridos que ni siquiera pudieron ser enterrados por sus familiares.

Los estados de ansiedad, el aumento de la depresión por la pérdida de empleos y cierres de empresas, la incertidumbre generalizada y el agravamiento de los problemas de convivencia debido al encierro, son solo algunos de los problemas que las sociedades han tenido que afrontar.

El control de la ira fue otra dificultad que se acentuó, porque quienes padecen este tipo de trastorno son personas que sufren mucho precisamente porque no pueden manejar sus impulsos y al mismo tiempo pueden causar mucho daño a sus seres más cercanos, familiares, hijos, compañeros de labores, lo que las lleva a vivir aisladas y hasta rechazadas.

Muchos de los hechos de violencia que hemos visto en estos días tienen una relación directa con esa falta de control, que debiera ser abordada con profundidad por el peligro que representan sus consecuencias.

En una sociedad en la que el estrés es un componente cotidiano de la realidad, la salud mental debiera llamar la atención de las autoridades, de los especialistas y de las instituciones.

Se necesita una red de servicios controlada por el Estado, programas de rehabilitación para que los enfermos mentales puedan desarrollar capacidades productivas en lugar de padecer el aislamiento y el abandono, y una legislación que los proteja.

Precisamente, merece todo el apoyo un proyecto de ley del diputado Aníbal Díaz, para que las ARS cubran las enfermedades mentales que necesitan atención clínica y terapias especializadas.

Atender a la salud mental es apostar a un futuro generado por hombres y mujeres capaces de amar y trabajar, que son las características distintivas de las personas consideradas normales.

Posted in Editorial

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas