Las muertes de tres niños y un cuarto en estado de coma a consecuencia de rabia transmitida por perros nunca debieron producirse, y con ellas, el drama sufrido por sus familiares desorientados.

Todo se remite a la adopción de decisiones sin atender elementales protocolos de administración y comunicación en la gestión pública. Si de verdad el Centro Antirrábico Nacional fue clausurado en atención al proceso de descentralización de los servicios sanitarios del ministerio de Salud Pública es inconcebible que no se agotara un debido plan de transferencia de las atenciones allí prestadas a las diferentes unidades de atención primaria y a los hospitales.

Porque el Centro Antirrábico jugaba un papel fundamental en la prevención y curación de la rabia, especialmente en los sectores más pobres y populares. Entonces, si decidieron cerrarlo o mudarlo, como se dice ahora, a otro establecimiento, debieron comunicarlo antes y después del traslado.

Si las atenciones del Centro iban a ser asumidas por el sistema hospitalario general a cargo del Servicio Nacional de Salud (SNS), entonces, el personal debió ser entrenado acerca de los protocolos a seguir en cada caso. Aunque se supone que un profesional calificado, debía saber qué hacer.

El doctor Alejandro Guzmán, director del desmantelado Centro Antirrábico, declaró a este diario que el desmonte del Antirrábico “se realizó sin tomar en cuenta la opinión de los técnicos y expertos en el tema y sin adiestrar a los médicos de los hospitales para el manejo de los protocolos que se estilan en estos casos”.

En el caso de Pedernales ¿negligencia de parte de los médicos, como se ha quejado una desesperada madre? El ministro de Salud ha reconocido que “hay un serio problema que se refiere a que los médicos del hospital Elio Fiallo, no están siguiendo el protocolo y parece que no están enterados que están viviendo en una provincia que ha tenido casos de rabia y en vez de los mordidos que llegan ser referidos inmediatamente a vacunación lo despachan para su casa”. ¡Gravísimo!

Los fallecimientos de niños en Pedernales por causa prevenible son deplorables, y doloroso para las familias y todo el pueblo.

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