El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) acaba de dar un paso en firme como su cambio de actitud ante las nuevas autoridades de la Junta Central Electoral (JCE).

No debe olvidarse que el PLD, encabezado por su presidente Temístocles Montás, desató una campaña de rotundo rechazo a la posibilidad de que el actual presidente de la JCE fuera escogido por el Senado de la República. Llegó a señalar que si ocurriría sería una acción legal pero ilegítima.

Ahora, con la asistencia de una comisión del PLD encabezada por su delegado ante la JCE Danilo Díaz y un miembro del comité político, Andrés Navarro, no solo acepta la realidad de los hechos consumados, sino que envía un mensaje abierto, claro y directo: el PLD reconoce la institucionalidad del órgano electoral.

El reconocimiento de la organización opositora tiene un sentido práctico e igual envía otro mensaje: su vocación de partido que busca el poder.

Con esa visita no solamente se acepta la realidad. Al mismo tiempo, también hay un mensaje marcadamente definido a los miembros de la JCE: “Ustedes saben que la confianza es un proceso que se desarrolla y esta nueva junta fue designada legalmente por la instituciones correspondientes. Ahora le corresponde a ellos ejercer la función que se le ha otorgado y en esa medida se va ganar la confianza no solamente del PLD, sino del pueblo dominicano”.

Y así es, la nueva junta electoral tiene una responsabilidad delegada por mandato del pueblo que escogió al actual Senado, y como tal se debe a los dominicanos. No a quienes los favorecieron para llegar a esos puestos.

Tienen que trabajar para ganarse la confianza de la ciudadanía, y especialmente, prestar atención a los entes que habrán de interactuar con ellos, que son los partidos.

En efecto, el PLD pidió la colaboración de la JCE para el montaje del “IX Congreso José Joaquín Bidó Medina”. Esa organización debe recibir el soporte necesario para la realización de esa actividad.

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