Las sufragistas fue el calificativo que recibieron diferentes grupos de mujeres que en Europa y después en Estados Unidos durante la segunda mitad del siglo XIX y desde los principios del siglo XX se unieron en un movimiento internacional que, tras largas jornadas de lucha, pudieron instaurar el voto femenino.
El papel secundario de la mujer en las sociedades estaba relegado al cuidado del hogar, de los hijos y a la atención del marido, en un mundo dominado por hombres.
En República Dominicana también existieron las sufragistas, mujeres en su mayoría de clase acomodada y con estudios superiores, como el caso de Abigaíl Mejía, una polifacética dama que se desempeñó como docente y periodista, y que desde Puerto Rico criticó abiertamente la intervención norteamericana de 1916 en nuestro país en encendidos artículos periodísticos.
Durante la tiranía trujillista estas mujeres no abandonaron sus reclamos de que les fuera permitido votar, un derecho que tuvo un ensayo en 1934 hasta que, ocho años después, con la sanción de una nueva Carta Magna en enero de 1942, y las posteriores elecciones de mayo de ese mismo año, se llega al voto femenino en el país.
Seguramente el sátrapa vio en ese voto de las mujeres, bajo la rígida censura y con las elecciones amañadas que se realizaron a lo largo de su tiranía de 31 años, la posibilidad de darle más visos de legitimidad a sus gobiernos, aun así se adelantó a otros países, como la Argentina, donde las mujeres votaron por primera vez en 1952.
El derecho al sufragio es una de las conquistas cívicas más importantes en todos los países, la celebración de elecciones transparentes ha costado muchas luchas y se ha conseguido con la sangre de hombres y mujeres que ofrendaron sus vidas por ese objetivo.
De ahí que el mejor homenaje en su día a las sufragistas, mujeres que dejaron su impronta en la historia de este país, es defender el voto como la mejor manera de preservar la democracia.
Concurrir masivamente a votar el próximo domingo es reivindicar el derecho por el que ellas aportaron tanto sacrificio.
Ejercer el derecho a decidir quiénes nos gobernarán, es decidir el futuro de nuestra amada patria dominicana.