Hay quienes sostienen la idea de que la vida dominicana es circular, que gira en torno a los mismos asuntos, durante largos tramos de su devenir.

A quienes piensan así los catalogan de pesimistas. Sólo ven la parte fea de la vida pública dominicana sin valorar los cambios, aunque sean moderados.

Pero hay datos que tienden a dar razones a quienes creen que la dominicana es la sociedad del estancamiento, con una agenda al hombro cada vez más pesada.

Por ejemplo, uno de los más viejos asuntos enlistado en “asuntos pendientes” es la discapacidad nacional para disponer adecuadamente de los desperdicios, plásticos o no. Eso data desde el nacimiento de la República. Quizás desde la Colonia.

Uno mucho más actual. Apenas tiene 20 años en las cámaras legislativas: el proyecto de ley de partidos. Sobre esa cuestión se pueden hacer innumerables consideraciones. Ya existen teorías de conspiración asociadas a la conducción futura del Estado.

Ni hablar de los códigos Penal y Civil. Ambos tienen ya historia y sobran los comentarios.

No debe olvidarse el “Pacto Eléctrico” que pese a todos los consensos, no llega a suscribirse. Por cierto, es inevitable que entre a la agenda una reforma fiscal integral ya formalmente postergada hasta después del 2020.

Tampoco debe quedar fuera de esta enumeración sintética, propia de un comentario breve, la idea de revisar la legislación laboral. El otro pacto que no llega.

También se habla de la reforma de la ley 87-01 de la Seguridad Social. Nunca acaba de arrancar. Bueno, en este caso, los optimistas entienden que el retraso es comprensible. Nada más tiene 17 años de vigor y en un país como éste, un asunto así amerita al menos 50 años de espera.

No está de más recordar que también está pendiente una normativa de Ordenamiento Territorial. Igual sigue archivado en el subsuelo el proyecto de ley de agua.

En fin, se acorta el espacio. Pero pensemos en temas pendientes y ligeros: descentralización del gobierno, una reforma policial que no camina.

Y algo fundamental. El estancamiento institucional caracterizado en el anémico desempeño de los poderes del Estado, que son causa de frustración colectiva. Pero seamos optimistas.

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