Las muertes neonatales representan un latente y preocupante tema que no desaparece del escenario sanitario dominicano. Su efecto preocupante está dado por esa asiduidad.Según el boletín epidemiológico número 45 de la Dirección General de Epidemiología (Digepi), hasta el 10 de noviembre se registraban 3,065 defunciones de bebés de menos de 28 días de nacidos.

También registraba 165 muertes maternas, una cifra ligeramente menor que la de igual período del año pasado, pero que por eso no deja de ser preocupante.

El componente de muertes materno-infantil siempre será un elemento de máxima preocupación, más cuando sus ocurrencias son muchas veces asociadas a descuidos y hasta a inobservancias de los protocolos establecidos para esos casos. Un dato alarmante del informe epidemiológico es que 53 muertes neonatales ocurrieron en una sola semana y que de esa cantidad una cuarta parte correspondió a la provincia Santiago.

En sentido general, las cifras del boletín 45 de la Digepi, que son estadísticas oficiales, no son para crear un estado de alarma general ni de histeria colectiva. Pero tampoco invitan a bajar la guardia en materia de vigilancia y seguimiento en enfermedades y dolencias que son muy vinculantes en los casos de muertes infantiles.

La misma publicación cita que en la semana 45 se notificaron 50 mil 190 episodios de enfermedad febril respiratoria de vías altas y 11 mil 422 de vías bajas, con las cuales alcanzaron 216 mil 641 y 45 mil 342 episodios atendidos en las últimas cuatro semanas, respectivamente.

La visión estatal es que esos eventos se han mantenido impactando dentro de los parámetros previstos. Es otro elemento para no entrar en pánico, pero que tampoco puede ser motivo para celebrar.

La vigilancia debe seguir con igual o mayor intensidad porque el panorama descrito en el boletín refleja amenazas por la ocurrencia de otras dolencias de impacto en la niñez, un sector que por su propia naturaleza, es más vulnerable.

Se citan las cifras de casos probables y confirmados de dolencias como dengue, influenza A, Influenza B y Sincitial respiratorio.

Es un escenario de contingencias sanitarias que debe ser objeto de permanente cuidado y vigilancia. La prevención siempre es útil y en medicina mucho más.

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