Las armas nucleares son dispositivos capaces de generar una explosión de alto poder mediante la energía del núcleo del átomo, que arrasa todo a su paso. Su origen se remonta a los avances científicos de 1930, cuando estaba en boga el estudio de la fisión nuclear que se aceleró después, con la carrera armamentística de la Guerra Fría.

Su creador fue Leó Szilárd, que descubrió cómo liberar grandes cantidades de energía mediante reacciones neutrónicas en cadena, y el 4 de julio de 1934 solicitó la patente para impedir su construcción, pero su error fue cederla al Almirantazgo Británico para asegurar el secreto.

El resto ya lo sabemos, en 1945 EE.UU. lanzó una bomba atómica en Hiroshima y otra en Nagasaki para conseguir la rendición de Japón, tras la muerte de más de 80,000 personas por las explosiones.

Este año, en la conmemoración del Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares, hoy 26 de septiembre, hay una escalada de conflictos que, según António Guterres, secretario general de la ONU, tiene al mundo “a un error de cálculo de la hecatombe”.

Incluso, los tratados actuales están en un limbo o fueron descontinuados unilateralmente por algunos países signatarios y hay riesgos de un “accidente nuclear grave” por los ataques con drones en cercanías de las instalaciones de la central de Zaporiyia, en Ucrania, y en la ciudad rusa de Kurchatov, donde está la planta atómica de Kursk.

De ahí que este 26 de septiembre lo más apropiado es resaltar que su control y eliminación sufren un peligroso retroceso.

En los años 70 se firmaron los tratados SALT, para limitar las armas nucleares y el 7 de julio de 2017 se adoptó el Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares, que pudo ser un avance, pero no fue firmado por EE.UU. ni por otros países que tienen estas armas.

Cuando la energía nuclear se usa con fines pacíficos, sirve para iluminar ciudades, utilizar electrodomésticos y viajar por el espacio, pero su peligrosidad se evidencia en desastres como el de Chernobyl.

Por esto la mejor manera de celebrar el Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares es exigir el desarme nuclear mundial e incentivar el uso de energías renovables y limpias, porque el ser humano ya ha probado en carne propia los peligros de esta tecnología.

Posted in Editorial

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas