Ahora que Haití anunció la creación de un nuevo ejército, tras 22 años sin uno, para patrullar los mares, impedir el contrabando fronterizo, asistencia en desastres naturales, según dijeron, viene a cuenta que tener ejército cuesta mucho, es, hasta cierto punto, un lujo. Serán solo 500 reclutas, pero cabe preguntarse si el empobrecido país puede permitírselo. De hecho, en lo que concierne a nuestro país, hay gente que aboga por supresión del ejército nacional, dada la gran carga presupuestaria que supone tener una fuerza armada de papel y utilidad cuestionables. Otros abogan por reducción. Pero es tema circunscrito a discusiones académicas. A propósito de academia, ningún mejor salvaguarda de los pueblos que la educación, precisamente lo que más falta allá y aquí.

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas