Lo expresaré en términos poéticos, intentando salvar lo ético: “Irrelevante lo que aparentas. ¡Malditas tus garras de pólvora o acero enguantadas! ¡Que tu bala se convierta en bumerán! ¡Que el cuchillo inicie por tu garganta! ¡Feminicida! Falsedad envuelta en papel de regalo con la palabra amor”.
La Semana Santa fue escenario de varios feminicidios, como si fueran en serie, incluyendo familiares de la víctima. Siempre me pregunto: ¿acaso desconoce el homicida que el culpable es él, nadie más?

¿Qué culpa tiene ella de tener más fe en Dios que tú, ser mejor ciudadana y más solidaria con el prójimo que tú? ¿Qué culpa tiene ella de ser más educada, culta y tener mejores modales que tú?
¿Qué culpa tiene ella de que no la valores ni la respetes y seas con tus hijos irresponsable y poco cariñoso? ¿Qué culpa tiene ella si tiene más metas y es más sana de cuerpo y alma que tú?

¿Qué culpa tiene ella si un día fueron pareja y ya se cansó de ti, que eres pasado y ella tiene un futuro por delante, que no te encuentra gracia y desde hace tiempo no le atrae cómo piensas y actúas o incluso cómo eres en la intimidad?

¿Qué culpa tiene ella de tus fracasos, de que te sientas “poquita cosa”, de que eres inmaduro y no sepas lo que quieres en la vida? ¿Qué culpa tiene ella si por tu conducta infantil ya no te considera el hombre que necesita para ser feliz, pues no le inspiras seguridad y paz?

¿Qué culpa tiene ella si la celas hasta con el gato y no permites que desarrolle sus cualidades como persona y como profesional? ¿Qué culpa tiene ella si quiere estar alegre, reír, compartir con otros y tú te incomodas por ello y te amargas la existencia? ¿Qué culpa tiene ella si es encantadora y tiene más amigos y amigas que tú? ¿Qué culpa tiene ella si cuando ella está en la pista bailando algunos la observan y admiran sus encantos y no soportas esas miradas?

Y me pregunto: ¿qué derecho tienes para ofender su dignidad, golpearla o asesinarla, estando o no juntos? ¿Qué culpa tiene ella? ¡Cobarde! Tú, que dices ser “hombre”, si piensas matar a tu compañera y luego suicidarte, te sugiero, aunque también sea triste y condenable, que inviertas la acción.

Los feminicidios me llegan al alma y como sociedad debemos hacer algo para que disminuyan sustancialmente. Y la responsabilidad es de todos, de ti, de mí, de la educación que recibimos en la familia y en las aulas, del gobierno, del Ministerio Público, de los jueces….

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