Este pasado viernes, la Oficina Nacional para la Evaluación Sísmica de la Vulnerabilidad de Infraestructuras y Edificaciones (Onesvie) dejó inaugurada la primera etapa de su laboratorio de sismorresistencia, el cual tendrá como tarea primaria las pruebas de los diferentes tipos de materiales utilizados en el sector construcción de la República Dominicana, así como las pruebas de los elementos estructurales seccionados como muros de ladrillos, muros de blocks, paredes de hormigón armado, columnas, vigas, losas de entrepiso, y finalmente las pruebas a escala de estructuras habitacionales, estructuras escolares y estructuras hospitalarias, a los fines de garantizar la sismorresistencia de las estructuras públicas y privadas que se levantan en un país que comparte una isla de muy alto riesgo sísmico, isla cuya porción occidental sufrió el 12 de enero del año 2010 el más devastador terremoto que ha sufrido la humanidad en los últimos 100 años, ya que 316 mil personas perdieron la vida en Puerto Príncipe, capital de Haití , como consecuencia del colapso de unas 400 mil edificaciones que no resistieron la sacudida de un suelo arcilloso y arenoso que produjo un efecto de amplificación local al ralentizar el avance de las ondas sísmicas de corte (Vs).

Los geólogos que durante décadas hemos estudiado las respuestas sísmicas de los suelos sabemos bien que los suelos arcillosos de Puerto Príncipe, Haití, responsables de la tragedia sísmica de enero 2010, son similares a los suelos arcillosos de Santiago, Moca, La Vega, Salcedo, San Francisco de Macorís, Mao, Esperanza, Navarrete, Villa Vásquez, Montecristi, Dajabón, Los Prados, San Gerónimo, Los Ríos, Los Jardines del Norte, Arroyo Hondo, Villa Mella, La Victoria, Higüey, Nisibón, etc, y que en esos suelos arcillosos y arenosos no se debe construir con el mismo criterio con que se construye sobre la roca caliza coralina rígida de Naco, Piantini, Evaristo Morales, La Julia, Bella Vista, Gazcue, ciudad Colonial, Villa Duarte, Isabelita, Ensanche Ozama, etc, pues tal y como dice el Evangelio de Mateo (7:24-27): el hombre prudente construye su casa sobre la roca y el hombre insensato construye su casa sobre la arena, por lo que es fundamental contar con un moderno laboratorio que, conociendo los diferentes tipos de suelos, y sus diferentes respuestas sísmicas, pueda ayudar a los constructores que levantan estructuras sobre suelos flexibles a escoger los mejores materiales que garanticen la sismorresistencia el día que nos sorprenda un fuerte terremoto.

Pero el problema de la sismorresistencia no es exclusivo de nuestra isla Hispaniola, ya que es un problema global que todavía no ha sido bien entendido por muchos constructores de muchos países con alto riesgo sísmico, y lo vimos en enero 2020 en la vecina isla de Puerto Rico, donde un moderado sismo de magnitud 6.4 hizo colapsar de manera brutal la gigantesca escuela primaria Agripina Seda, levantada sobre arenas, arcillas y gravas depositadas por el río Loco, y donde procedimos a medir, con un sismógrafo de última generación y geófonos de alta sensibilidad, las velocidades de propagación de las ondas sísmicas de corte (Vs), encontrando que en los 4 metros más superficiales las velocidades de esas ondas variaron entre 65 y 95 metros por segundo, es decir, un 5% de la velocidad normal en rocas, lo que generó un efecto de amplificación de ondas que a su vez generó altas fuerzas cortantes que rompieron las columnas y los muros de esa escuela pública construida con normas estadounidenses, pero sin conocer bien la mala respuesta sísmica de ese emplazamiento aluvial, lo que indica que aplicar normas sísmicas sin entender la respuesta sísmica del suelo es tan infuncional como recetar una medicina sin conocer la enfermedad del paciente.

Y por conocer esa realidad global es que el director de la Onesvie, Omar Guevara, ha dado un nuevo paso positivo en favor de una nueva cultura de sismorresistencia, al poner en servicio este nuevo laboratorio que ha recibido modernos equipos donados por la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA), y que ha sido dedicado a 3 profesionales dominicanos que durante 4 décadas hemos estado estudiando y publicando resultados sobre las respuestas sísmicas de nuestros suelos y nuestras estructuras levantadas sobre esos suelos, como lo son el Ing. Geólogo Romeo Llinás, el Ing. Estructuralista Leonardo Reyes Madera, y el Ing. Geólogo Osiris de León, laboratorio que deberá recibir el apoyo técnico y económico de todos los gobiernos y de todos los profesionales vinculados al sector construcción, comenzando por quienes construyen escuelas públicas y hospitales públicos, y siguiendo por quienes construyen apartamentos para el sector privado y para el sector público, por lo que este laboratorio de sismorresistencia deberá estar siempre trabajando de la mano de una Mesa Sísmica que hoy integra a 13 instituciones públicas y privadas que velan por la protección sísmica de nuestra sociedad.
Junto a los ingenieros Romeo Llinás y Leonardo Reyes Madera, agradecemos inmensamente al Lic. Omar Guevara, director de la Onesvie, la cortesía, la amabilidad y la distinción de asignar nuestros nombres al nuevo laboratorio de sismorresistencia de nuestra nación, como un reconocimiento a nuestros esfuerzos y a nuestros desvelos en favor de un verdadero modelo de construcción sismorresistente que proteja a nuestra población.

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas