¡Hola, querido lector! Hoy quiero hablarte de… precisamente, de esos tres puntos que conocemos como “punto suspensivo”. Tiene varios usos y es importante conocerlos, debido a que, por ignorancia, muchos suelen cometer faltas ortográficas al emplearlo por asumir y no verificar las normas de este valioso signo de puntuación.

Tal como lo describe la RAE, el punto suspensivo está “formado por tres puntos consecutivos (…) y solo tres, llamado así porque entre sus usos principales está el de dejar en suspenso el discurso”. Debemos recordar también que se escribe siempre pegado a la palabra o el signo que lo precede, y separado por un espacio de la palabra o el signo que le sigue”.

Algo que suele invadir con respecto al uso del punto suspensivo, es la duda de si continuar o no en mayúscula después de él. La RAE aclara que, si los puntos suspensivos cierran el enunciado, la palabra siguiente debe escribirse con mayúscula inicial: “No es posible… No aceptaré su propuesta. Pero, si la idea no termina, debe escribirse en minúscula: “Es posible que… no acepte su propuesta”.

El punto suspensivo puede utilizarse para marcar en el discurso distintas variantes: una pausa, suspenso, vacilación, la supresión de parte de un texto, entre otras, pero como el espacio no da para abarcar tanto, te comparto algunos ejemplos.

–Acortar una frase que te resulta muy larga: “El hombre débil se vuelve fuerte cuando no tiene nada…”, es una frase de Mary Shelley que, al tener el punto suspensivo al final, nos indica que no termina ahí.
— Para señalar que el fragmento citado no corresponde al inicio: “…porque solo entonces puede sentir la locura de la desesperación”, frase de Arthur Conan Doyle que sí contempla el cierre, pero no el inicio, y cuando esto sucede, se comienza en minúscula.
— Para evitar palabras o expresiones vulgares o malsonantes. Por ejemplo: “Te puedes ir a la m…”.
— Para dejar el enunciado en suspenso: “Solo se escuchaba el griterio… El silencio de la noche lo hacía más intenso”.
— Para marcar con más fuerza una expresión o hacer énfasis: “Mi vecino… el come gente”.
— Omitir una parte de una cita: “Mientras el corazón late […] no puedo admitir que cualquier criatura dotada de voluntad tiene necesidad de perder la esperanza en la vida”, este fragmento de Viaje al centro de la tierra, de Julio Verne, tiene una parte que no se colocó, eso indica el punto suspensivo entre corchetes.

En fin, el espacio ha resultado corto, pero espero que lo escrito sea de aporte a cada lector que por aquí repose su vista.

¡Gracias por leerme!

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