La expresión “pasar la página” -por simple- es muy dura para referirse a la culminación de un proceso que ha generado tensiones más allá de lo previsto.
Para esta misma sección de opinión-Gerencia y Estado- no deja de ser muy duro también reducir tanto esfuerzo a “pasar la página”, debido además a que la selección del tema Elecciones 2020 como lo hicimos también para las elecciones del 2016, en esta ocasión la ha sobrepasado.

La serie de artículos que concebimos se explica debido a que se consideran los procesos electorales como una gran oportunidad de auscultar la dirección política del Estado a partir de los grandes temas-problemas asociados, compartiendo valoraciones e inquietudes y sus efectos en la vida de las ciudadanas y ciudadanos.

Pero cómo cambió lo que se proyectaba en su curso normal. El 16 de febrero se suspenden las elecciones municipales y las elecciones presidenciales y congresuales que se habían programado para el 17 de mayo son aplazadas ante los efectos de una pandemia que todavía envuelve al mundo con sus grandes secuelas sociales, agudamente económicas y principalmente de salud pública.

El “pasar la página” a partir de lo dicho tiene por lo tanto un mejor sentido. Es cerrar un ciclo que ha de liberar energías para seguir hacia delante. Hay que valorar la actitud pacífica que ha predominado. Además de la actitud responsable y hasta entusiasta con la que los distintos actores institucionales y políticos han asumido este reto con sus normales, por humanas, diferencias de enfoques y expectativas. Destacar cómo se ha avanzado en cuanto a los preparativos para las elecciones del domingo. Las autoridades de la Junta Central Electoral han informado en detalles la organización de las elecciones en el exterior y para lo cual tantas personas sensatas han trabajado para su éxito. Se ha informado de la distribución de los materiales y de la capacitación del personal que habrá de tomar parte para lo que se espera sea un exitoso final del proceso.

“Pasar la página” es la aspiración sincera de dominicanas y dominicanos que desean que el país ante tantos retos pueda tener el sosiego, pueda concentrar sus acciones ante el adverso entorno que la pandemia ha creado aquí y en el resto del mundo, seguir hacia delante, sin dejar de mirar un poco hacia atrás para recordar a los que se quedaron en el camino, y que el 5 de julio sea la culminación o al menos su paso previo de un peculiar momento de la historia de las elecciones dominicanas que también como misma vida individual, pasará.

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