El empoderamiento femenino viene ganando espacio en el plano político electoral desde hace décadas, más allá de la cuota que se contempla en algunos países como el nuestro. Actualmente, hay mujeres que se perfilan como verdaderas opciones de poder y cambio en escenarios que tradicionalmente predominaban las propuestas lideradas por hombres y que por sus características y complejidades se convierten en desafíos para que puedan lograr por lo menos visualizarse.

La impronta dejada por la exprimera ministra británica, Margaret Thatcher y la excanciller alemana, Angela Merkel, quienes ejercieron exitosamente el poder en momentos trascendentales para sus naciones, las hace referentes de tenacidad e inteligencia.

Otras han seguido sus pasos, dentro de su propio contexto, y con el objetivo de impregnarle su sello propio a la forma de ejercer el poder. La presidenta italiana, la ultraderechista Georgia Meloni, timonea con estabilidad un barco cuyos vientos muchas veces tiene en contra. Solo hay que ver la crisis de la migración irregular en la isla de Lampedusa, cuya solución fue parte de su discurso y promesa de campaña; así como las presiones por la desaceleración económica y de la inflación.

Pero Meloni no se detiene ahí, pues sopesa presentarse como candidata a los comicios europeos. Y es que el presente aňo es de gran dinamismo político electoral en diferentes continentes, en el que se renovarán las autoridades políticas, espacio aprovechado por mujeres valiosas y cualificadas que se proyectan como verdaderas opciones de alternancia, a raíz de un un discurso razonable, que cala en sectores insospechados, causando sorpresa y expectativas.

En el caso de Estados Unidos, Nikki Haley se mantiene por ahora como la única rival por la nominación presidencial republicana que tiene Donald Trump, quien le aventaja, según las encuestas. Aunque todo parece indicar que el expresidente será el candidato, hay que reconocer la tenacidad de Nikki al mantener sus aspiraciones, en un partido muy tradicional en el que predominan los hombres. Ella es una política exitosa, siendo Gobernadora de Carolina del Sur por 7 años y exembajadora de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas.

Mientras que luce muy probable que México tenga su primera presidenta en las elecciones de junio, porque la oficialista Claudia Sheinbaum, encanbeza las encuestas, seguida de la opositora Xóchitl Gálvez. Un tercer candidato, Jorge Álvarez Máynez, aparece muy rezagado ante ellas.

En Rusia, la periodista Yekaterina Duntsova, intentó rivalizar con el ultrapoderoso Vladimir Putin, de cara a las elecciones presidenciales de mediados de marzo de este aňo, con una candidatura que finalmente fue rechazada por la Comisión Electoral Central. La también exlegisladora está a favor del establecimiento de un Estado democrático y del cese del conflicto con Ucrania. Aunque la misma corre el riesgo de quedar en el ostrascismo o tener un destino incierto, también tiene la oportunidad de resistir y continuar hasta que su país pueda estar preparado para cambiar de rumbo, aunque por ahora se perciba un tanto utópico.

En Venezuela, la exdiputada opositora María Corina Machado y su antichavista Plataforma Unitaria Democrática, son símbolos de resistencia. El Gobierno, a través de la Contraloría General de la República, la inhabilitó por 15 años para que no pueda candidatearse a cargos de elección popular, argumentando que la política no incluyó en su declaración jurada de patrimonio la recepción de ayuda social. La exlegisladora se va visualizando como un referente de tenacidad, apostando por una gran alianza nacional que dará a conocer esta semana y que estará orientada a aglutinar el voto de castigo contra el oficialismo, que ha tratado de acorralarla con medidas populistas, anunciando que el salario mínimo en el sector público pasaría de US$70.00 a US$100.00 a partir de febrero, tratando con ello de fidelizar aún más el voto del Partido Socialista Unido de Venezuela.

El panorama electoral del 2024 es una muestra del rol clave que juegan las mujeres en la política. A nivel mundial, es notable observar que en varios países incluyendo la República Dominicana, las mujeres constituyen la mayoría en los padrones electorales, lo cual es un reflejo significativo de su participación activa en la política y la democracia. Este fenómeno, que se ha ido incrementando con el paso de los años, destaca no solo la importancia de la inclusión femenina en los procesos electorales, sino también su papel crucial en la conformación de gobiernos y la toma de decisiones políticas. A pesar de que en algunas naciones las mujeres aún enfrentan desafíos para ejercer plenamente sus derechos políticos, la tendencia global muestra un aumento progresivo en su participación electoral. Este cambio es un indicador positivo de avance hacia la igualdad de género, aunque queda camino por recorrer para alcanzar una representación equitativa en todos los niveles de la toma de decisiones políticas. La presencia mayoritaria de mujeres en los padrones electorales no solo subraya su empoderamiento, sino que también impulsa un cambio en la dinámica política hacia estructuras más inclusivas y representativas.

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