No se pueden ocultar los beneficios de la era de la información para el avance de la humanidad. El ordenador, instrumento indispensable del conocimiento (como lo es la escritura, la imprenta y el laboratorio) ha transformado desde el fondo a una sociedad que hoy en día vive un desarrollo descomunal de la comunicación y de la transmisión de información.

Pero dentro de esta revolución digital se discuten algunos problemas elementales de la sociedad del conocimiento que tienen que ver también con el derecho de autor, el respeto a la labor creativa de un individuo.

Si del problema no escapan los creadores de música o los que escriben libros, mucho menos los periodistas. La cultura de copiar y pegar (o copy-paste) está cada vez más enraizada que un roble viejo entre quienes abrazan el “facilismo” en la era digital para alimentar sus páginas electrónicas.

Constantemente, más en el ámbito del mundo del arte y el espectáculo que es mi área de trabajo, escucho quejas entre periodistas creativos, que navegan entre el agotamiento y el tiempo para buscar la noticia o para soldar un trabajo especializado al ritmo de un arduo proceso de investigación.

Algunos se lamentan y otros, con todo su derecho, deciden llamar a los dueños de páginas que copian de pies a cabeza los escritos sin dar los créditos del autor. “Colócale los créditos o lo borras de la página” es la frase clave en esas llamadas.

Quizás lo más crítico del copy-paste es que reproduce muchos errores y noticias falsas. Pero copiar y pegar textos no es hijo de estos tiempos modernos, ni exclusivo de la prensa rosa. En las escuelas y universidades es donde ese mal habita entre los salones de clases. Sin embargo, las casas de altos estudios han ido tomando medidas con software antiplagio para combatir esa mala práctica recurrente en los trabajos académicos.

También, muchos periódicos digitales se la ponen difícil a los plagiadores con un bloqueo entre las páginas para prevenir que se copien los textos y las fotografías sin la debida autorización.

Dar los créditos, por lo menos, no está de más: “El respeto al derecho ajeno es la paz” (Benito Juárez).

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas