1.- De vez en cuando, es bueno hacer un ejercicio mental y exponer por escrito las ideas que, en un espacio mínimo de tiempo, tenemos sobre nuestra propia existencia. Nada quita someternos al examen de lo que hemos sido y somos; reexaminar nuestra forma de actuar y repasar para mejorar o rectificar.

2.- Me siento bien cuantas veces me dispongo a analizar lo que ha sido mi vida, los errores en que he incurrido, desentrañar sus causas y buscar la forma para superarlos. Cuando bien asimilo mis yerros, es porque he aprovechado la autocrítica.

3.- Procuro estar al día, tener mi reloj político en hora, para actuar conforme mandan las circunstancias, partiendo de que incido en un medio social en el cual la organización económica dominante se mantiene en pugna con las necesidades del progreso social.

4.- Aunque acciono en un ambiente en el cual la generalidad de las personas tienen una formación educativa que descansa en el irrespeto al conjunto de normas y principios que guían la buena conducta, trato de ajustar mis actos a lo que aprendí en mi hogar originario. No creo en el puritanismo ni en la intolerancia; trato de ser realista.

5.- El hecho de vivir en una sociedad como la dominicana de hoy, me permite darme cuenta lo que significa la conciencia social, cómo se mantienen enfrentadas las diferentes clases que aquí convergen, las ideas que sustentan y las distintas formas como las expresan con su conducta.

II.- Me formo mis opiniones sacándolas de los hechos
6.- De los hombres y de las mujeres me dice mucho su forma de ser, la manera de enfocar y enfrentar los problemas de la sociedad donde viven y buscan soluciones en provecho de la comunidad.

7.- En todo el curso de mi vida, para valorar a un ser humano he partido de lo que es su proceder, su actitud. Lo juzgo por sus hechos, no por sus palabras ni de lo que de él hablan sus amigos o adversarios.

8.- No creo lo que me dicen de una persona, describiéndomela como santa o demonio. Mi convicción la formo partiendo de lo que ella ha ejecutado, de sus actuaciones en el medio social. A los díceres no le doy ningún crédito, porque se alimentan de las murmuraciones que siempre son dañinas.

9.- En el accionar de un luchador social y político, no tomo en cuenta los detalles, porque las pequeñeces de su proceder no me interesan; me preocupo por lo esencial. La esencia es lo que retengo del hombre o de la mujer porque es lo que la define como tal.

10.- Cuantas veces me hablan del proceder político de un ciudadano, lo primero que me preocupo por conocer es la reseña detallada de sus antecedentes, que es lo que me permitirá saber lo que ha sido su historial de lucha social y política. Ante la documentación que hace el expediente de vida, no hay nada que inventar.

11.- Pongo en duda la conducta de los individuos que cambian de parecer según su particular interés. Solo confío en quienes conservan una actitud firme y demuestran coherencia, sin importarles las circunstancias. El que es acomodaticio no es de fiar, porque se dobla con facilidad.

12.- A aquellos que se identifican y en verdad son demócratas sinceros, consecuentes revolucionarios, auténticos socialistas o comunistas, no los valoro por sus gustos, sino por su fidelidad a los elevados objetivos a que aspiran se materialicen, por sus ideales de bienestar material y espiritual para los que en cada país constituyen la mayoría de la sociedad.

13.- No me motiva compartir con quien solo actúa pensando en sí mismo y no en los demás. Aquel que solo atiende a sus intereses, merece vivir aislado porque tiene el rasgo principal de un egoísta, que se contrapone al de aquel que cree en el auténtico humanismo, el colectivismo y el internacionalismo.

III.- Ante una sociedad humana averiada, he decidido portarme advertido
14.- Porque desde el punto de vista ético y moral la sociedad dominicana se dañó, después que entré a la tercera edad me he preocupado por ser algo esquivo y reservar la absoluta franqueza para aquellas personas que he comprobado son leales por entero.

15.- En los últimos años de mi vida, he sufrido desengaños por el proceder ante mí de individuos a quienes creía mis fieles amigos. Con cualquier persona ya no me ilusiono, porque hoy abundan los simuladores.

16.- El completo afecto lo tengo reservado para ese a quien hoy considero mi otro yo. Con algunos farsantes he adquirido conocimientos de cómo distinguir entre perversos y bondadosos.

17.- El quehacer diario, compartir con personas de diferentes estratos sociales, me ha hecho recapacitar y no actuar como un despistado, permitiendo que quienes carecen de la más mínima calidad humana, se hagan merecedores de mi aprecio.

18.- Para aquellos que me han demostrado sincera amistad, saco pura ternura desde lo más profundo de mi corazón. La parte dulce de cada ocasión la disfruto con quien me ha dado prueba de que no todo está perdido en lo que se refiere a la sana compañía.

19.- Aunque en mi país se ha hecho peliagudo encontrar personas con las cuales resulta agradable pasar gratos momentos, tengo la dicha de tener amigos que son los adecuados para la divertida sociabilidad. Todavía quedan connacionales que hacen olvidar a los intratables, repugnantes y aguafiestas.

20.- Aunque hay que hacer labor de bisturí para encontrarse con dominicanas y dominicanos puros de corazón, sentimiento y conducta, todavía es posible acertar para llegar a tener la amiga o el amigo cuya compañía te haga la vida libre de mortificaciones y sospechas.

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