Centenares de miles de deserciones escolares; centenares de miles que no pudieron completar sus asignaturas en hogares sin computadoras o en apagón permanente. ¿Escolaridad semipresencial, con millones de tutores semianalfabetas? Sería bueno preguntarle al fantástico burócrata ignorante de nuestra realidad que inventó tal absurdo: ¿No hubiera sido más práctico dividir la escolaridad en todos los espacios públicos o privados, abiertos o techados, propios para acoger alumnos? ¿No hubiera sido más práctico segmentar los horarios más allá de las horas regulares? (Ojalá que hagan caso y ahora no vengan con otro invento raro).
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