“Gambito de Dama” es una extraordinaria serie de Netflix. Se basa en el libro “The Queen´s Gambit”, del estadounidense Walter Stone Tevis. Su protagonista, la actriz inglesa-argentina Anya Taylor-Joy, interpreta magistralmente a una niña huérfana que aprende ajedrez en el orfanato y que progresa de manera tal que vence a varios sobresalientes jugadores del mundo.
Se resalta en la pantalla el lamentable y trágico entorno familiar de la ajedrecista, su adicción por los tranquilizantes desde pequeña, seguida por el alcoholismo, los traumas, los dolorosos recuerdos de infancia y su conducta en ocasiones irresponsable, lo que extrañamente combinaba con el estudio sistemático del juego-ciencia. Su talento era impresionante. Solo le importaba el ajedrez, era el centro de su todo, el poder no le interesaba. No abundaré más por si no la han visto.

Como es natural, la serie “Gambito de Dama”, que es el nombre de una apertura de ajedrez, ha impactado en los seguidores de este emocionante deporte y más allá. Su popularidad se ha disparado. Por ello es buen momento para seguir motivando su práctica, la que conlleva múltiples beneficios. Decía el Gran Maestro D. Bronstein: “Jugar una partida de ajedrez es pensar, elaborar planes y también tener una pizca de fantasía”. Y eso lo proyectamos dentro y fuera del tablero.

Desde el inicio de la pandemia y ahora más por “Gambito de Dama”, converso mucho sobre ajedrez con mis amigos. “Regálale un ajedrez a tus hijos y que aprendan a jugarlo”, les solicito a los que son padres cuando tocamos el tema de lo que puede hacer nuestra prole en este tiempo del COVID-19. En nuestro país, por ejemplo, se celebran torneos virtuales en distintas categorías, se participa desde la casa y basta con tener una computadora e internet, es algo gratis y sencillo.

Destacados investigadores reconocen los múltiples beneficios que brinda el ajedrez en el desarrollo de la capacidad intelectual y de las habilidades de inteligencia emocional. Afirman que constituye una herramienta para el mejoramiento del coeficiente intelectual y el rendimiento escolar de los niños y jóvenes.

El practicar ajedrez contribuye a la atención y concentración, análisis y síntesis, memoria, resolución de problemas y toma de decisiones bajo presión, creatividad e imaginación, el razonamiento lógico-matemático, control emocional, sentido de transparencia y adaptabilidad, promueve la honestidad, sentido de logro y autoestima, iniciativa y empatía y trabajo en equipo y colaboración.

Que la pandemia y “Gambito de Dama”, enfocados en lo positivo de lo que nos presenta, nos enseñen a ser jugadores de la vida cada día más dignos, responsables y eficientes, convirtiéndonos en mejores personas y en seres más útiles para el prójimo y la patria.

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