Ahí iba Daniel, con su chaleco color caqui y una cámara al hombro, extendiendo sus largos brazos en medio del tumulto, por encima de todos sus colegas para sacar la mejor foto o captar en video las incidencias de los hechos.

Recuerdo que siempre que terminaba su cobertura nos enseñaba sus instantáneas y audiovisuales para que viéramos su obra; casi siempre resultaban impecables. Era un apasionado del ejercicio y un cuidador de los detalles. Los años en el oficio nunca le mataron la inspiración ni le mermaron sus ganas de superar el trabajo del día anterior. Era un verdadero profesional del lente.

Cuando nadie hacía grabaciones en vivo, él se esmeraba por ser el primero en estar en el lugar de los hechos para sacar su celular y oprimir el botón de video. Era un vanguardista en el periodismo digital.

Pero el ejercicio periodístico no era su única pasión. También gustaba de recorrer kilómetros en cancha casi siempre que tenía la oportunidad. Era un atleta por hobby que de manera constante se ejercitaba, lo que reitera su entrega total a todo lo que se disponía a hacer.

Su compañerismo también era una de sus virtudes. Nunca conocí a alguien que tan siquiera criticara su forma de tratar a las personas. Tanto veteranos como novatos lo respetaron y reconocieron su profesionalidad.

Y es por todo esto y más que el periodismo dominicano está hoy de luto.

Se ha ido uno de sus reporteros más representativos de la fotografía y el área digital. Las expresiones de pesar y admiración por parte de todos sus colegas son prueba de que su paso por el mundo no fue en vano. Su partida ha entristecido a quienes lo conocimos, incluso a aquellos que se enteraron de su fallecimiento y que solo lo conocieron a través de sus coberturas e instantáneas.

¡Qué descanses en paz, Daniel!

Esto solo es un hasta luego; tus colegas te recordaremos siempre como alguien que vivió para disfrutar su pasión a plenitud, sin quejas ni justificaciones.

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas