El concierto “Entre mar y palmeras” presentado el pasado sábado 10 de febrero por Juan Luis Guerra y 4-40 en el Estado Olímpico ha sido, sin lugar a dudas, el más exitoso y el mejor de todos los conciertos que ese artista dominicano ha realizado en sus 40 años como artista popular. Fue algo increíble, extraordinario, apoteósico, realmente un concierto histórico.

Juan Luis reunió a más de 50 mil personas, invitó a 12 artistas dominicanos y a un artista internacional, rememoró sus años de inicio, les hizo un reconocimiento a los fundadores de 4-40, a la generación de nuevos artistas dominicanos y elevó la dominicanidad a niveles muy altos. Juan Luis interpretó 34 canciones, y de principio a fin, desde “Rosalía” hasta “La Bilirrubina”, fue un tiempo lleno de alegría, de belleza, de baile, de movimiento, de mucho sentimiento y orgullo de ser dominicano.

La producción del concierto fue impecable. El aspecto técnico y de sonido no tuvo ningún fallo y fue soporte fundamental para el gran impacto que se logró. La idea de entregar brazaletes a todos los asistentes, dotados de luces que se encendían al ritmo de la música, fue una idea genial. Fue poner sabiamente el encendido de luces a los pies de la música de Juan Luis y 4-40.

Juan Luis tuvo un solo artista internacional como invitado, el cantautor colombiano Fonseca, un destacado artista que se ha destacado ampliamente, con quien interpretó la canción “Si tú me quieres”, grabado a dúo entre ambos. En el transcurso del concierto el único hecho lamentable fue cuando un grupo de drones empezó a poner mensajes políticos de campaña de Dío Astacio y el PRM. Una acción descabellada e irrespetuosa, que fue frenada de inmediato por la seguridad del evento.

Un emotivo momento fue cuando Juan Luis llamó a cuatro jóvenes artistas, Pavel Núñez, Techy Fatule, Alex Ferreiras y Melymel, y juntos hicieron una magistral interpretación de “Amor de conuco”. Fue un hermoso acto que mostró la calidad de la nueva generación de nuestros artistas.

Juan Luis asumió a Jesús como su Señor y Salvador hace 28 años y en ese tiempo ha puesto todo a sus pies. Antes de interpretar el merengue “Para ti”, dijo que ese tema lo había escrito para honrarlo y alabarlo. Y afirmó que se lo dedicaba a Jesús, “que es el nombre que está sobre todo nombre”, tal y como dice la Biblia en Filipenses 2:9.

Uno de los momentos más impactantes del concierto fue cuando Juan Luis dijo que el grupo 4-40 nació en 1984, hace 40 años, cuando cuatro jóvenes quisieron aportar cambios a la música y al país. De inmediato llamó a los fundadores del grupo, Maridalia, Mariela y Roger, y juntos cantaron “Mientras más lo pienso… tú”, mientras en las pantallas se veían imágenes de los primeros tiempos de 4-40.

Del gran impacto provocado por el reconocimiento al 4-40 original, Juan Luis pasó a otro reconocimiento de alguien que fue clave en momentos difíciles del grupo, Adalgisa Pantaleón. Esta gran artista entró al escenario y junto con Juan Luis cantó el emblemático merengue de 4-40, “Como abeja al panal”. Cuando Juan Luis cantó su conocido “Visa para un sueño”, salieron a escena Rafa, Tony y Luis, Los Hermanos Rosario, y el estadio se puso de pie y todo el mundo empezó a bailar.

Después de interpretar “Ojalá que llueva café”, Juan Luis llamó al al escenario a su último invitado, su púpilo y protegido Vicente García, un joven dominicano que se inició haciendo rock, participó en varias giras con 4-40 y hoy es uno de los artistas dominicanos más exitosos en el exterior. En las pantallas apareció una tierna foto de Juan Luis firmándole un autógrafo a un niño de unos 10 años más o menos… Ese niño es Vicente García. Seguidamente ambos cantaron “Loma de cayenas”.

Después de intentar irse en dos ocasiones y con el mismo ánimo del inicio del concierto, después de más de 2 horas y 33 temas interpretados uno detrás de otro, Juan Luis llevó al píblico al clímax cuando interpretó “La bilirrubina”. Todos bailamos, reímos, disfrutamos al máximo. Cuando terminó de cantar, el concierto había concluido de forma magistral y Juan Luis se despidió, mientras seguía sonando La bilirrubina.Juan Luis se marchó eufórico, feliz, sastisfecho y lleno de humildad. Y con el ritmo de La bilirrubina de fondo musical, el cielo de la noche se colmó de un maravilloso espectáculo de fuegos artificiales que le decían a viva voz a Juan Luis y a 4-40: “Misión cumplida… Dios les bendice”.

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