Tres semanas han pasado desde el inicio de la temporada 2017-18 del baloncesto de la NBA.
Para mí es más que suficiente para afirmar algo: Kyrie Irving tiene lo que quería. Este joven de 25 años tuvo la bravura y el coraje de solicitar un cambio a los Cavaliers de Cleveland en un momento en el que pocos se imaginaron. Cleveland venía de ir tres veces seguidas a la serie final. No hay muchos casos de jugadores que hayan reclamado su salida de un equipo de élite que había ganado una corona en la segunda de sus tres incursiones en la última instancia.
Pero Irving lo hizo bajo el claro entendimiento de que era tiempo de volar solo, sin el abrigo que representaban las alas de LeBron James, considerado el mejor jugador del mundo.
Irving, ahora con los Celtics de Boston, tiene todos los reflectores apuntando a su dirección y parece disfrutarlo un mundo. He quedado sorprendido por el nivel de atención que ha generado en estos primeros 12 partidos y me parece que hay un extra en todo esto, que no necesariamente llega por su rendimiento porque básicamente es el mismo de sus recientes campañas.
Boston tiene el mejor récord de la NBA (10-2) y Cleveland (5-6) está por debajo de .500, incluida una racha que llegó a ser de cuatro reveses. Por ahí viene todo.
Los Celtics están súper bien y Cleveland la pasa muy mal. No creo que la tanta atención sobre Kyrie hubiese llegado con ambos equipos en igualdad de desempeño. Hay un morbo que seguramente quedará enterrado si Cleveland llega a estabilizarse y a comportarse como el equipo que está llamado a ser. A pesar de que se trata de una temporada larga, Irving, con una actuación fenomenal en estos primeros doce encuentros, ha dejado claro que tiene el material para ser líder en cualquier organización de la NBA. Es clutch y cuenta con el mejor manejo de balón de la liga estadounidense, algo que se ha acentuado con su nueva organización.
Estoy seguro de que dentro de poco muchos se preguntarán si LeBron James podrá llegar a su cuarta final seguida con Cleveland sin la presencia de Kyrie. Si eso no sucede, está claro entonces que, como van las cosas, será Irving quien lo haga.
