Cormac McCarthy falleció el 13 de julio de 2023, tenía 89 años. Había nacido en 1933. Era muy reservado, no otorgaba entrevistas ni seguía modas. Según una nota periodística: “Hasta poco antes de cumplir 60 años fue pobre de solemnidad. Viajaba en una camioneta destartalada, escribía en habitaciones de motel, e incluso se cortaba a sí mismo el pelo cuando lo necesitaba”. No le gustaba las promociones ni las firmas de libros, necesarias en el ascenso y mantenimiento de la fama posterior como escritor. Prefería estar acompañado de científicos en el Instituto Santa Fe, Nuevo México.

“La Carretera” es una novela postapocalíptica, ubicada en un futuro incierto que, según un crítico del diario La Razón, “…está llamada a ser una de las grandes obras de la literatura universal”. Y aunque podría parecer una desmesura del crítico, personalmente entendemos que tiene razón en la apreciación de esta pequeña obra de arte.

Como dice en la contraportada de la edición que tengo y que, por demás, resume correctamente la novela, se trata de “un mundo apocalíptico donde llueve ceniza, un hombre y un chico cruzan a pie el territorio norteamericano en dirección sur. El hambre es mucho más que una preocupación diaria: es la medida de todas las cosas, y las bandas de caníbales asolan el país convertido en un yermo donde solo la barbarie ha echado raíces”. Y continúa con esta frase total: El amor de un padre por su hijo es, sin embargo, la única luz de una tierra que ha perdido sus dioses.

Y en las descripciones de ese mundo sin normas ni dioses, el autor lo hace con una prosa cercana a la poesía, tanto en los párrafos, como en las conversaciones entre los personajes. El libro no es grande, puede casi leerse “en una sentada”, pues a “media carta” tiene unas 200 páginas. Los personajes no tienen nombre, pero sí biografía y personalidad. El padre conoció el mundo antes del apocalipsis, conoce la maldad humana y decide defender a su hijo contra todo y contra todos. El hijo, parece que no conoció el mundo anterior y no tiene la malicia ni el cuidado frente a los extraños que tiene su padre. Entre otros notables personajes que pueblan esta novela publicada en el 2006.

El libro esta lleno de frases luminosas y simples, cómo está: “Ten presente que las cosas que metes en la cabeza están ahí para siempre (…). Algunas cosas las olvidas, ¿no?. Sí. Olvidas lo que quieres recordar y recuerdas lo que quieres olvidar”. O esta: “Todas las cosas bellas y armónicas que uno conserva en su corazón tienen una procedencia común en el dolor”.

Pero otras veces son frases obscuras y demoledoras, cómo está que sucede en medio de la nevada, donde el chico atrapó un solitario como grisáceo “en la palma de su mano y lo vio expirar como la postrera hostia de la cristiandad”. O esta última no menos poética y demoledora: “Miró al cielo por la fuerza de la costumbre pero no había nada que ver allí”.

Recomendamos la lectura de este destacadísimo escritor norteamericano, que a pesar de su crudeza nunca perdió la esperanza, porque “Esto es lo que hacen los buenos. Seguir intentándolo. Jamás se rinden”.

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