Contrario a la vulgar creencia, Lenin no conoció personalmente a Karl Marx, quien muriera en Londres en 1883. Quien lo inició en el estudio de las ideas marxistas fue Georgi Plejanov, a quien se le atribuye haber introducido el estudio de las teorías de Marx y Engels en los círculos revolucionarios opuestos al zarismo, entre los que se encontraba el que luego fuera líder de la revolución bolchevique.

Lenin conoció a Plejanov mientras ambos se encontraban exiliados en Suiza en la década del 1880. Plejanov, quien sostenía la tesis del papel determinante del individuo en la historia, provenía de una familia de la nobleza rusa. Fue un activista contra el zarismo desde sus días de estudiante, lo que le obligó a exiliarse a la edad de 23 años.

Sus ensayos de concepciones revolucionarias influyeron determinantemente en el pensamiento ruso de finales del siglo XIX, pero en los inicios del siglo siguiente cuando el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, que él ayudó a fundar en 1894, se escindió, su rol pasó a un nivel secundario.

Trató de mediar entre los bolcheviques de Lenin y los mencheviques, sobre la base de que la revolución debía pasar por un proceso de industrialización que fomentara la creación de una clase obrera capaz de impulsar cambios marxistas en la Rusia casi feudal de entonces. Inicialmente favoreció a los bolcheviques pero muy pronto fue repudiado por ambos grupos.

Aunque se le permitió regresar a Rusia después del triunfo de la revolución en 1917, por su oposición a Lenin por la guerra contra Alemania quedó al margen de las decisiones que sellaron la marcha de la revolución.

A pesar del tiempo transcurrido, las ideas de Plejanov sobre el papel fundamental del individuo en la historia, han marcado la ruta de muchos procesos como fue el caso de Chávez en Venezuela.

En el país, el rol preponderante que reclaman para sí algunos líderes los identifican como ciegos seguidores del pensador ruso.

Posted in La columna de Miguel Guerrero

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