Prestamos Pinceladas a Shesnel Alejandro Calcaño, Abogado mocano y experto de derecho penal y procesal penal, quien escribe sobre “los jueces penales del país”:
En la literatura bíblica no existen personajes más rechazados que aquellos que fingen ser algo que no son, podríamos hablar del fariseo, como ejemplo, el cual muestra ser algo que en realidad no es y que además coloca debajo de un manto de adulaciones un cuchillo que lacera la epidermis de los demás; “Sepulcros blanqueados” los llamo Jesús. Otro ente bastante conocido, el cual se encuentra muy debatido al final de la precitada literatura es la figura del “anticristo”, ente muy icónico, debido a que vendrá según se establece queriendo ser algo que no es, queriendo engañar mostrando hasta la faz de la verdad, siendo en sus adentro la mentira.

La figura del anticristo parece ser un ente bastante peligroso; debido a que, si nos damos cuenta, mostrará una imagen que podría engañar a cualquier persona, por lo que se hace un tanto difícil en un primer momento identificar que nos encontramos ante una farsa. Una de las situaciones mayores es el hecho de que, no solo se ve, habla, sino que el mismo actúa como realmente actuaria Cristo, mandando mensajes que se desvían de los verdaderos intereses que procura la búsqueda de la verdad celestial. Quizás nos preguntemos hasta ahora: ¿Qué tienen que ver los personajes bíblicos con el sistema de justicia? Veamos: Conociendo el fin que tiene que seguir el Poder Judicial y las demás instituciones del Estado, según lo establece el artículo 8 de la Constitución es la protección efectiva de los derechos fundamentales, en el caso de la judicatura la referida protección se logra a través de la tutela judicial efectiva. Dicha tutela no se logra a través de presupuestos meramente decorativos, sino por el contrario, con permitir que de manera real el ciudadano pueda ejercer sus derechos y que el tribunal sea un muro de contención del eminente poderío que tiene el Estado a través de las instituciones de persecución penal.

La figura del antijuez, al igual que el anticristo, es un ser que aparenta ser lo que no es, atropella los derechos de las personas, amante del populismo, que entiende que su fin es empujar la culpabilidad, o dicho en términos más sencillos: ser un mero colaborador del Ministerio Público. Este personaje lacera con sus actuaciones la institucionalidad del sistema de justicia y coadyuva a que, en vez de hacer justicia, se cometan injusticias. Lo peor del discutido personaje es que se está reproduciendo más que nunca en nuestros tribunales penales, este es eufórico, disminuye las garantías a cero y al igual que el votante sin consciencia: sus decisiones son estomacales, porque no piensa que las mismas deben ser contra mayoritarias, sino que las analiza desde sus intereses personales, lo cual se caracteriza todos los fines de mes con la entrega de un salario. Debemos reconocer esa figura tan dañina en el aparato de justicia, luchar por extirpar ese cáncer que sigue haciendo metástasis y mata lentamente la esperanza de justicia de muchos dominicanos y dominicanas.

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