Participación en el total de líneas de servicios móviles

Altice Hispaniola, S.A. (Orange) ha solicitado al Indotel que le autorice la operación de fusión por absorción con Tricom, S.A. (Tricom). A simple vista, no parecerían existir razones que lleven al Indotel a ponderar con detenimiento la solicitud de autorización. Pero las hay.

Claro, la principal empresa del mercado de telecomunicaciones del país, tiene actualmente el 55.0% del total de las líneas de telefonía móvil en operación del mercado. Altice (Orange), fusionada con Tricom, tendría una participación de 41.5%, mientras que Viva mantendría su 3.5%. Si Orange más Tricom seguiría quedando por debajo de Claro, ¿cuál entonces es el problema? Elemental, querido lector. La fusión de Orange y Tricom implicaría también sumar las asignaciones del espectro radioeléctrico que cada una de esas empresas tiene en las bandas de frecuencia utilizadas para la provisión de los servicios móviles. Excluyendo las asignaciones que Claro y Tricom tienen en la banda 3500, Orange tiene 90 MHz (megahercios) en las bandas de frecuencia de servicios móviles mientras que Tricom tiene 55. Fusionadas tendrían 145 MHz. Claro, por su parte, sólo tiene 95 MHz y Viva 30. Como se puede observar, la participación de las tres concesionarias en el espectro de bandas de frecuencias para servicios móviles es muy diferente, pues Altice, entendida como la fusión de Orange y Tricom, tendría el 53.7% del espectro, Claro el 35.2% y Viva el 11.1%.

Alguien podría pensar que el viraje de la torta cuando distribuimos las asignaciones del espectro radioeléctrico es algo saludable para el comportamiento y evolución del mercado pues contribuiría a “balancear” la mayor participación que Claro tiene en el número de líneas de servicios móviles en operación. Esta potencial deducción es incorrecta. ¿Por qué? Porqué la disociación entre las participaciones en el número de líneas de servicios móviles y el espectro de bandas de frecuencia asignado para proveer ese tipo de servicio, crea una ventaja competitiva a favor de la concesionaria con menor número de líneas de servicios móviles por MHz asignado en el espectro.

A julio de 2017, Claro tenía un total de 4,713,597 líneas móviles en operación dentro de los 95 MHz asignados de bandas de frecuencia para estos servicios. En otros términos, 49,617 líneas móviles en operación por cada megahercio asignado. En un escenario de fusión, Altice (Orange + Tricom) dispondría de 145 MHz para las 3,552,801 líneas móviles que tenía en operación en julio de 2017. En otras palabras, 24,502 líneas móviles en operación por cada megahercio de frecuencia móvil asignado. Viva, por su parte, se está manejando con 9,973 líneas móviles de operación por cada uno de los 30 megahercios que le han sido asignados.

Mientras mayor sea el número de líneas de servicios móviles por megahercio mayor es el reto que enfrenta una concesionaria para garantizar la calidad del servicio. Si la calidad del servicio comienza a deteriorarse para la empresa que comienza a ser alcanzada por los efectos del “spectrum crunch”, ésta sería colocada en condición de desventaja competitiva. Más aún si se tiene en cuenta que en nuestro país la portabilidad numérica, el derecho que tienen los usuarios de servicios de telecomunicaciones a conservar su número de teléfono cuando cambian de prestador de servicio telefónico fijo o móvil, entró en efecto el 30 de septiembre del 2009. Los clientes de Claro, por deficiencias en la calidad de servicio de telefonía móvil, podrían emigrar sin problemas a otros proveedores no afectados por insuficiencia de espectro.

En otras palabras, si el servicio de telefonía móvil de Claro estuviese siendo afectado por poca disponibilidad de espectro y a otras dos concesionarias (Orange y Tricom) se les autorizase una fusión que pospondría por años el encuentro de la empresa fusionada (Altice) con el “spectrum crunch”, cualquiera podría pensar que el regulador se ha parcializado a favor de la segunda.

Es por eso que el regulador, como haría cualquier otro regulador objetivo y serio en el resto del mundo, ha llamado la atención sobre esta disociación entre la participación en el mercado y la participación en el espectro que se daría en un escenario post-fusión, para que el Consejo Directivo la evalúe y pondere cuidadosamente, con el interés buscar opciones que garanticen que la fusión entre Orange y Tricom, no derive en ventajas competitivas a favor de una empresa y en detrimento de otra. La Dirección Ejecutiva del Indotel no pudo ser más sensata, objetiva e imparcial.

Visto desde fuera, como lo haría un marciano sin relaciones en el territorio nacional, está clarísima la causa de esta potencial perturbación. Tricom dispone de 55 MHz en las bandas de frecuencias de servicios móviles (850, 1900), para operar 171,913 líneas móviles a julio de 2017. En otros términos, apenas 3,126 líneas móviles en operación por megahercio. El marciano diría sin ningún tipo de reservas que el problema de la fuerte disociación entre las participaciones de las concesionarias en el mercado de servicios móviles y en el espectro de bandas de frecuencias reservadas para esos servicios se debe a que Tricom disfruta de un claro exceso de frecuencias asignadas. Es obvio que Tricom está sentada sobre una montaña de frecuencias que no ha estado utilizando. De los 55 MHz que dispone en esas bandas de frecuencias, si le aplicamos el “ratio” líneas móviles en operación/MHz de su hermana Orange a julio de 2017 (37,565), el exceso sería de 50 MHz.

¿Qué debería decidir el Consejo Directivo? Cumplir con lo que establece la regulación cuando un concesionario dispone de frecuencias que no ha utilizado, dando lugar a una acumulación ineficiente de espectro por parte de un concesionario. En el caso de Tricom, el Consejo Directivo del Indotel debería por lo menos reclamar los 30 MHz que esa empresa supuestamente debió estar explotando en la banda de frecuencia 1900, como condición necesaria antes de autorizar la fusión de Altice (Orange) con Tricom. Reconocemos que quizás Altice, cuando negoció con Tricom el precio de compra, pagó por esta montaña de espectro, debido posiblemente a un déficit de “due dilligence”. Cualquier firma de abogados conocedora de la regulación del mercado de telecomunicaciones en el país habría recomendado a Altice no pagar por frecuencias en las bandas del espectro que, al no estar siendo utilizadas por el concesionario, necesariamente tendrían que ser reclamadas por el Estado, el dueño y el único con capacidad de concederlo por un precio, preferiblemente en el marco de una licitación pública internacional abierta.

Esos 30 MHz en poder de Tricom deberían ser inmediatamente licitados, con lo cual el Estado dominicano podría recibir entre US$35 y US$40 millones, una suma que contribuiría con la búsqueda de recursos que el presidente Medina ha prometido para asistir de miles de familias dominicanas que han sido afectadas por el reciente paso del huracán María por nuestro territorio.

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