El encuentro entre los expresidentes Hipólito Mejía y Danilo Medina, producto de una visita que el primero le giró al segundo, ha sido la noticia política más importante al inicio del 2023, nada más y nada menos, que el año preelectoral.

El primer efecto de lo ocurrido, y que fue informado de manera oficial por el PLD, lo siente la propia organización y la candidatura presidencial de Abel Martínez.

Antes de esa visita, Hipólito fue al Nuevo Diario y allí declaró que favorece una alianza entre el PLD y el PRM. Pocos días después, Temístocles Montás provocó la atención del periódico Hoy con un libro que publicó recientemente en el que apunta a la cabeza de Leonel Fernández señalándolo como un peligro para el PLD.

El hecho afecta el arranque del proyecto de Martínez, quien había anunciado que este mes tomaría las calles para tratar de dar el impulso a su proyecto, que no tuvo la mejor conclusión en el 2022.
Lo cierto es que los movimientos de Danilo, Hipólito y Temo en nada ayudan al partido morado para el reto electoral que debe enfrentar en 2024.

Aunque esas acciones benefician a Leonel y a la FP, no menos cierto es que si se instala la percepción de que un sector del PLD prefiere mantener al PRM en el poder, a los verdes se les hará difícil cosechar un éxito rotundo en las urnas que les permita llegar al Palacio. En ese escenario pueden crecer, pero no alcanzaría para tanto.

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