La política exterior de un Estado se basa en un profundo conocimiento de la realidad internacional en la que se desenvuelve y sobre la que pretende influir. Solo así una Nación puede sacar provecho de las oportunidades y en lo posible, evitar los riesgos que se le presenten.

Pues no cabe duda de que la Humanidad forma una unidad y aunque si pudiera haber vivido Naciones separadas y aisladas en el pasado, hoy en día, ya no es posible y en el día de mañana lo será mucho menos aún. Los Estados no pueden vivir en aislamiento. Se ven obligados a mantenerse en constante comunicación para mejorar sus intereses comunes, y arreglar sus divergencias, ya sean de orden moral, jurídico o material.

Cada Estado tiene fuera de sus intereses particulares, otros intereses comunes, y lo que caracteriza al mundo moderno, lo que le distingue esencialmente del antiguo, es la tendencia de los Estados a acercarse unos a otros para formar una especie de cuerpo social, apoyado en la reciprocidad.

Hago esta larga reflexión para referirse a los lineamientos de política exterior del gobierno, pues hace más de cuatro años el canciller Roberto Álvarez expresó lo que sería su programa de política exterior.

Y lo dijo también al inicio de su gestión, ante la Cámara de Comercio Dominico-Italiana citó: “el Caribe es el espacio geográfico natural para República Dominicana y en general el país ha vivido de espalda a él”.

Entre esos enfoques me permito hacer una brevedad de lo expresado por el señor canciller ese día, y que cito a continuación. Modernizar el Ministerio de Relaciones Exteriores, establecer una política coherente para la comunidad en el exterior y fortalecer la agenda con el vecino país de Haití. Recompensar los lazos con la Comunidad del Caribe (Caricom), fortalecer la relación estratégica con Estados Unidos de América, profundizar e incrementar las relaciones con Latinoamérica, vigorizar los vínculos con Europa y Canadá, dinamizar los lazos con India, Japón, Corea del Sur y otras naciones asiáticas, establecer una política coherente hacia la República Popular de China, promover las relaciones con África y Oceanía y nuestra presencia en los organismo internacionales.

Todas esas relaciones exteriores son importantes. Por supuesto. Pero hay relaciones especiales. Estados Unidos representa una de ellas por muchas razones: cercanía geográfica y más de un millón de dominicanos. Y Haití también, vecino fronterizo y con excelente comercio a diario.

Y si a todo eso le agregamos los cuatros ejes, de lineamientos de la política exterior de hoy: la protección de los dominicanos en el exterior, la promoción de las exportaciones, y la inversión extranjera directa, la defensa de los valores democráticos y la profesionalización del servicio exterior.

Para concluir, el rumbo general de esta política exterior dispuesta a enfrentar los desafíos del presente han sido en estos últimos cuatros años fundamentales para la prosperidad futura del país.

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