El pueblo dominicano renovó sus autoridades políticas en el certamen comicial celebrado el domingo 19 de mayo de 2024, el cual transcurrió sin contratiempos mayores, con una asistencia inferior a la esperada, con un buen montaje y acompañamiento técnico de la Junta Central Electoral (JCE), y la observación de organismos de la sociedad civil y de la comunidad internacional.
Luis Abinader logró reelegirse con el 57.4 % de los votos, una puntuación holgada que fue reconocida la misma noche por sus adversarios políticos, que dieron muestras de civismo. El mandatario gobernará con un Congreso a su favor, pues el escrutinio del órgano electoral evidencia una mayoría bicameral.
Entre los desafíos que tienen el mandatario Abinader y su próxima gestión, se citan: continuar impulsando la economía, que para este año tiene una proyección de crecimiento de 5.4 % del Producto Interno Bruto (PIB), según el Fondo Monetario Internacional (FMI); seguir fortaleciendo la seguridad ciudadana, neutralizar los robos y atracos, que son los delitos que mayor inquietud generan en la población; limitar la migración ilegal, implementar medidas para mejorar la movilidad urbana e interurbana, la capitalización del Banco Central y disminución del déficit fiscal.
Asimismo, promete seguir reduciendo las brechas de desigualdad para producir una menor exclusión social; promover legislaciones en favor de segmentos vulnerables como la mujer; y a mediano plazo, maniobrar para mantener la cohesión de su Gobierno y la unidad de su partido, para lo cual será indispensable el afianzamiento de su liderazgo interno.
En el caso de la oposición, los resultados indiscutiblemente provocaron una recomposición que no solo se reflejará en la ubicación que los partidos ocuparán en la casilla electoral a futuro, sino que desde ya se empezará a percibir en el ánimo de la dirigencia media y de base, pero también en la propia militancia.
A pesar de los desafíos, Abinader gobernará con las condiciones de hacer las reformas estructurales que la sociedad requiere y que él entiende necesarias, a menos que surjan imprevistos en el ámbito internacional que tengan un impacto directo en el plano local, o que en este surjan eventos inesperados que circunstancialmente demanden esfuerzos mayores para mantener la estabilidad y la dinámica de desarrollo que lleva el país, que por sus características, y en gran medida por sus ejecutorias, se mantiene como un referente regional.