Estoy en la lista de los que no se sorprenden con las propuestas absurdas y el comportamiento desconcertante con los que frecuentemente aparecen los llamados “líderes” de los agrupamientos sindicales que hacen el “papel” de representantes de los trabajadores.
Hace solo días que ¡por fin!- el Gobierno concluyó el proceso de liquidación del fracasado, quebrado, ineficiente y bueno para nada, el estatal Instituto Dominicano de Seguridad Social (IDSS). Y comenzando el año, tres vitalicios cabezas de grupos sindicales proponen volver a ese desacreditado sistema.

Quieren que pasar al Estado el control de los recursos y los servicios que ofrece el Consejo Nacional de la Seguridad Social a los afiliados al seguro de salud del sistema. Es decir volver al monopolio que tuvo el recién liquidado IDSS, un ente politizado, con hospitales más atentos a los designios políticos de los gobernantes de turno y a dar empleos a los compañeritos, que a usar los recursos para servir a quienes pagábamos la cuota obligatoria de la seguridad social, aunque no se ofrecían los servicios comprometidos.

A cientos de miles de trabajadores se le descontó mucho dinero para su pensión ¿Se liquidó al IDSS, pero quien tiene el dinero que pagué para una pensión? ¿Quién responde por eso? Puede que al sacar la cuenta, hoy sean sumas raquíticas, pero aun cheles, deberían devolverlo.

Se supone que los “líderes” sindicales representan a los trabajadores en el Consejo Nacional de la Seguridad Social, organismo rector del sistema, pero nunca he tenido conocimiento de que estos señores presentan reportes de su labor protegiendo los intereses de los afiliados que pagan su cuota. Arroja luz sobre las actitudes y propuestas de estos señores, como esa de volver a entregar al Estado el control de los servicios de salud de la seguridad social, si explico las diferencias en su papel en seguridad social actual y lo que era el liquidado IDSS.

En el nuevo sistema de seguridad social los “líderes” sindicales participan en el Consejo Nacional de la Seguridad Social que traza las políticas, aprueba las regulaciones, dirige y supervisa el sistema. Ellos tienen poder de veto para impedir que prospere alguna decisión contraria a los afiliados (que no suelen usarlo), pero este consejo no es operativo, no maneja recursos, no ofrece empleo y –en resumen- no puede repartir prebendas. En el liquidado IDSS los sindicalistas “representantes” de los afiliados participan en el directorio de la institución que si era operativo, manejaba recursos, creaba empleos y tenía capacidad y autonomía para repartir canonjías y favores.

¡Qué diferencia! No es pequeña. Ser parte de un consejo multisectorial que traza las políticas y aprueba las regulaciones, o que sea el Estado quien maneje el los miles de millones anuales que pagan empleadores y trabajadores (hasta agosto pasado en 2019 habían ingresado $79.9 mil millones), y poder participar en la administración de esos recursos como en el quebrado IDSS. Es preferible interactuar con organismos estatales que no rinden cuentas y pueden ser dispendiosos.

Yo no quiero que ningún organismo del Estado maneje el dinerito que pago cada mes para mis servicios básicos de salud. Lo que recibo ahora puede ser mejor, pero es incomparable e infinitamente superior a lo que podría ofrecer un barril sin fondo monopolio estatal, tipo IDSS. (Por eso tengo esta posición, no por mis vínculos profesionales con ARS).

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