Mañana celebraremos el 177 aniversario de la independencia nacional.
Solemos resaltar el trabucazo como gesto espectacular del junte para proclamar el fin del sometimiento extranjero.

Celebramos y nos enorgullecernos de las heroicas batallas de nuestros compatriotas, su capacidad para organizar, alcanzar y restaurar la independencia nacional.

Esas celebraciones nos expresan e identifican como pueblo.
Pero hay en las luchas por la Independencia y la Restauración, motivos de fondo, sensibilizados por los aires de emancipación social, equidad y libertades humanas irradiados desde tiempos de la Revolución Francesa.

Junto o más adelante del logro de la soberanía se nos convocó a que los dominicanos nos uniéramos y organicemos como sociedad en civilización.

Y que estableciéramos formas y esquemas de justicia que contribuyan al bienestar social entre nosotros.

Duarte, Los Trinitarios, Luperón y tantos otros que los acompañaron, y los que vinieron después, hicieron sus aportes y sacrificios a la libertad y la soberanía.

A 177 años de la gran jornada independendista, el concepto de soberanía ha cambiado.

Mas los dominicanos seguimos sin unir y redirigir al pueblo hacia la materialización de grandes propósitos que nos lleven a sacar al país del atraso e impulsar el bienestar social y el desarrollo, anidados en los sueños de aquellos patriotas

Potencialidades para fomentar el bienestar social y el desarrollo nos sobran. Ahí están los numeritos de 60 años de crecimiento económico.

Los criterios que sustentan la patria anhelada en base a la soberanía, con libertad, unidad y justicia social hace tiempo que están definidos.

Duarte los inmortalizó en lo que pudiéramos llamar su gran legado: “Sed justos lo primero, si queréis ser felices. Ése es el primer deber del hombre; y ser unidos, y así apagaréis la tea de la discordia y venceréis a vuestros enemigos, y la patria será libre y salva. Yo obtendré la mayor recompensa, la única a que aspiro, al veros libres, felices, independientes y tranquilos”.

Producto del ingente esfuerzo que lidera el presidente Luis Abinader, con su gobierno tirado a la calle ´el medio atacando cada expresión de la crisis sanitaria, económica y social, nos iremos reponiendo de los terribles efectos de la pandemia.
La vacunación anticovid, las mejoras de los tratamientos médicos y un adecuado comportamiento preventivo de los ciudadanos, que sobrevendrá de una forma u otra, nos repondrán de los severos golpes ocasionados por la pandemia.

Pasada en lo fundamental la página de la pandemia, vueltos a las rutinas y cotidianidades debemos darle cuerpo y contenido, cada cual a su medida y en su dimensión, a los otros sueños pendientes de los forjadores de la patria.

Podrán decir que soy un soñador, pero no soy el único, canta Lennon.

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