Hace 24 años desaparecieron a Narciso González Medina (Narcisazo), el 26 de mayo de 1994. Ni el paso del tiempo consuela a su familia, amigos y allegados. Aquel año, Narcisazo, coherente con sus posturas políticas, publicó una columna de opinión en la revista “La Muralla”, titulada: “10 pruebas que demuestran que Balaguer es lo más perverso que ha surgido en América”. Donde calificaba al entonces presidente como “asesino, pandillero, inmoral, delincuente, pervertidor, servil, tramposo, dañino y miserable”, entre otros epítetos.

Luego, el 25 de mayo de 1994, pronunció un discurso en una asamblea de profesores de la UASD, donde solicitó al Consejo Universitario y al Rector que la Universidad asumiera una posición de condena frente a lo ocurrido en las elecciones de aquel año. Señalando como los principales beneficiarios del fraude electoral a los jefes de la Policía, del Ejército y de la Fuerza Aérea de entonces.

Un día después de su filípica uasdiana, desapareció el catedrático universitario, abogado y activista político y cultural; el libretista de humor y el articulista de varios periódicos nacionales, quedando para la posteridad su nombre como ejemplo de compromiso social, coherencia política y apego a ideas progresistas.

Hoy, quiero recordarlo citando dos textos de su opúsculo: “El humor tiene bandera” (Editora Alfa & Omega: 1979), donde reúne “trabajos de humor político y social que fueron realizados con la misión de denunciar (…y) desnudar las características de la dependencia que sufre nuestro país…” (Pág., 9). Veamos el primero, “El Yanikekazo”: “La miseria va en aumento/ pero en nuestro pueblo late/ gran decisión de combate;/ por eso a cada momento/ evita, como un invento/ que el hambre al fin lo desfleque,/ ya sea empeñando un tereque/ o comiendo algo barato;/ por ejemplo, ahora el plato/ de moda es el yanikeke./// Eso adquiere más valor/ cuando tenemos pendiente/ que afana y sufre la gente/ sin perder nunca el humor./ Ayer mismo había un señor/ grande y fuerte como un buey,/ en un rincón de Gualey/ comiendo un yanikekazo, / y otro gritó: ¡barbarazo!,/ qué bien suena ese long play!.”

En el Segundo, titulado “Frases Habituales”, ironiza sobre “lo mucho que trabajan” los funcionarios públicos: “Ser funcionario oficial/ es la tarea más papita,/ porque para funcionar/ basta con tres frasecitas./// Si a un jefe se le plantease/ un problema en un momento,/ le bastaría con la frase:/ “no tengo conocimiento”./// Si se presenta un problema/ de crimen y corrupción,/ se repite el mismo tema:/ “habrá una investigación”./// Para decir todavía/ a una petición de abajo,/ dicen: “Es que en estos días/ yo tengo mucho trabajo”./// A esas frases habituales/ se reduce la elocuencia,/ más tres palabras mensuales:/ cheque, reunión y licencia”.

Hace 24 años desapareció Narcisazo, quise recordarlo con una sonrisa, con el humor que fue su lanza en ristre en contra de las injusticias y en favor de los oprimidos.

Siempre es bueno recordar ciudadanos como Narcisazo. Que sus restos tengan paz y su familia sosiego.

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