Señor periodista, si quieres tener credibilidad (plena) en el ejercicio de tu trabajo, tienes que actuar respetando los principios, la ética y todo el accionar de un periodismo independiente.

Esas actitudes, unidas a la pulcritud que debe normar el comportamiento del ciudadano, contribuyen al fortalecimiento de la democracia que impera en nuestro país.

Para consolidar -si es aceptado el término- mi planteamiento concerniente al respeto que deben tener los trabajadores de la prensa, quienes en sentido general ejercen su labor en los medios noticiosos del país y lo hacen en función de la práctica profesional más acentuada, anoto el criterio que tiene (precisamente) Ryszard Kapuscinski, afamado periodista, historiador, escritor de novelas, ensayos y poesías de nacionalidad bielorrusa, (Polonia), citado por el periodista y escritor dominicano Javier Valdivia, en un artículo publicado en el periódico Listín Diario.

Esta es la opinión de Ryszard Kapuscinski: “El periodismo es una herramienta fundamental para la construcción de la democracia. Y, entre las más importantes para lo que nos atañe, el periodismo no es solo una profesión, es una forma de vida”.

¿Cómo debe actuar -en cualquier circunstancia- un periodista profesional? Respuesta clara: tener una actitud apegada a la objetividad y a la ética ¡Y hacerlo sin sesgo!

Lo he planteado hasta la saciedad: al periodismo que se ejerce en República Dominicana tenemos que darle un nuevo giro e impregnarle la responsabilidad que exige la normativa periodística.

Abogo por el cumplimiento del deber profesional… que se les ponga freno a quienes se han enganchado a periodistas.

Individuos que con altas alharacas hacen ruido en los medios electrónicos, especialmente en programas de radio y televisión.

Son los mismos que también están, con asiduidad, en las redes sociales.

No es fácil evitar que los improvisados de la comunicación sigan con sus tropelías y continúen dañando la noble profesión de periodista.

Además, -qué lamentable que no se actúe como mandan las reglas- la cúpula del Colegio Dominicano de Periodistas no acaba de poner en ejecución lo que dicta la ley 1091 de colegiación periodística.

El periodismo, hay que remachar sobre este aspecto, es la única profesión en la que cualquier persona, sin calidad para hacerlo, se infiltra; publica en periódicos; toma un micrófono y proclama: “soy periodista”.

Muchas veces ese mismo grupo de “enganchados” al ejercicio del periodismo lo hace utilizando un lenguaje soez, vulgar, sin que tampoco encuentre la reprimenda de la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía, un organismo que en la práctica no funciona.

Hay que hacer el mayor esfuerzo para llevar la decencia y la profesionalidad requerida al ejercicio del periodismo en República Dominicana.

Se puede lograr, pero si queremos.

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