Aunque la siguiente frase -que sirve de lead a este artículo- adquiera el bautismo de “manida”, la repito por enésima vez: “El periodismo es el mejor oficio del mundo”.

La dijo el afamado escritor y periodista colombiano Gabriel García Márquez (Premio Nobel de Literatura 1982), autor de maravillosas obras que lo catapultaron como uno de los más celebrados literatos del planeta Tierra.

En los últimos años he escrito -publicados en esta tribuna del periódico elCaribe- incontables trabajos sobre el ejercicio del periodismo en República Dominicana. E incluso, por la asiduidad con la que he abordado el tema, mis neuronas se agitaron y ocasionaran que escribiera libros en los que trato de manera clara todo lo concerniente al accionar periodístico nacional.

Periodismo…cuando la verdad no sea distorsionada (que di a conocer en noviembre del 2020), es el título de una de mis obras en la que enfoco sin mediatintas el trabajo de los periodistas en los medios noticiosos locales.

Detalle: Un gran amigo mío (David Herrera, quien reside en Nueva York desde más de 20 años), no se pierde la lectura -es lo que él asegura- de los artículos que publico cada viernes en este diario.

Sin embargo, quedé absorto cuando me dijo: “No escribas tanto de periodismo porque por más que insistas sobre el tema de la ética, de los principios y la seriedad profesional que deben caracterizar a todos los periodistas, tus escritos se quedarán truncados porque nunca vas a ver hecho realidad el propósito buscado. Y te lo manifiesto con toda sinceridad”.

Pero el “consejo” de David no frenará mi firme opinión que en el marco de la cotidianidad que norma a los medios de comunicación expongo sobre la responsabilidad y respeto que deben ir en consonancia con los principios y códigos éticos. Son normas a las que el periodista nunca debe abdicar.

Armando Lucas Correa, escritor y experimentado periodista cubano, quien la semana pasada estuvo en Santo Domingo, ofreció una breve declaración respecto al ejercicio del periodismo profesional. Y la resumió en las siguientes líneas: “La clave siempre debe ser la veracidad. Lo más importante en el ejercicio del periodismo es la credibilidad”.

A pesar de las fallas de las que todavía adolece el periodismo local, es indispensable seguir luchando -todos los días, a todas horas, siempre con la verdad a cuesta y sin mirar el reloj- con el objetivo de que, sin trabas, el ejercicio de nuestra profesión alcance la cima. ¡Que se agigante, para satisfacción de toda la sociedad dominicana con su plena democracia!

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