Otro cambio de trascendente importancia que impulsa el presidente Luis Abinader es el de mirar hacia Haití, país vecino con el que tenemos tantos temas que resolver y que hasta ahora hemos dejado andar manga por hombro.
Ningún otro pueblo, como es dato de la realidad, ayuda como nosotros a los haitianos, pero como es también verdad de a puño, los dominicanos no podemos ser solución a los grandes y complejos problemas del hermano país, cuando no hemos podido resolver nosotros las carencias y deficiencias que nos afectan como país subdesarrollado.

Eso les consta a los haitianos que vienen a Quisqueya no a quedarse aquí sino a columpiarse hacia Canadá, Chile y otras zonas de América del Sur y del Norte.

No podemos seguir mirando hacia otro lado, o hacernos los desentendidos, mientras se multiplican situaciones irregularidades en perjuicio nuestro causados por los vecinos de allende la frontera.

Mientras gobernantes del pasado no tuvieron la resolución de poner en primer plano nuestra agenda de temas comunes con el vecino al Oeste, por fin un presidente dominicano, el actual mandatario Luis Abinader, le planta cara a la realidad, reuniéndose con su homólogo haitiano y estableciendo una agenda de temas que deben ayudar a aclarar ciertas aguas.

Por vez primera se tratan de manera responsable con las autoridades haitianas los temas más importantes para nuestro país, a saber:

Reducir el peso de las parturientas haitianas sobre el sistema de salud dominicano, construyendo hospitales del otro lado de la frontera que no correrán por cuenta criolla.

Fortalecer los controles fronterizos con infraestructura física y tecnológica para reducir la inmigración ilegal, el tráfico de armas y el contrabando que impactan negativamente, de una u otra forma, a nuestro país.

Documentar a todos los nacionales haitianos que se encuentren sin identificación en el territorio haitiano y dominicano definiendo la correcta nacionalidad de todos los habitantes de la isla.

Formalizar el comercio con Haití, lo que brindará estabilidad a esa parte de nuestro sector exportador y transparentará transacciones comerciales de millones de dólares que se meten por debajo de la mesa de las economías de ambos países, especialmente del nuestro.

El acuerdo permite a los dos países buscar recursos financieros en la comunidad internacional para ejecutar los compromisos que conllevan los acuerdos.

Se proyecta crear un nuevo mercado para los excedentes de energía que se puedan producir en el futuro.

Los acuerdos pondrán fin a la incertidumbre de los límites fronterizos marítimos entre las dos naciones.

Puede que los acuerdos sean apenas el inicio de temas a resolver con Haití, inicio que debemos profundizar y darle continuidad.

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