El esfuerzo es titánico, pero con el involucramiento íntimo de los alcaldes de Tireo, Constanza y añadiendo a Jarabacoa, las organizaciones ligadas al Medio Ambiente, los organismos del Estado, liderados por el Medio Ambiente, estudiantes y población en general, es mucho lo que puede lograrse. Hará falta ayuda internacional en lo económico y en lo técnico; el involucramiento de las Universidades, grupos de ecologistas y la población en general, que hay que rescatar las alturas para que no contagiemos del síndrome del gallinero, que las gallinas de arriba “ensucian” a las de abajo.
Hay mucho que definir en planes de acción, pero este es un verdadero reverdecimiento de una esperanza aprovechable. Creo, sin lugar a dudas, que coinciden muchos factores de manera favorable para emprender un proyecto de capital importancia y cuyas experiencias serían replicables en el resto del país, haciéndo la correcta identificación de las realidades diferenciadas entre Constanza y Tireo. Las tierras del Río Tireo, que según la Ley 64-00, sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales en su Artículo 129, establece 30 metros a cada lado de sus márgenes como “tierras del Rio”.
Ese espacio es el que debe, bajo toda circunstancia y condición, preservarse y asegurarse de que son el límite para cualquier explotación y aprovechamiento personal. Es en el gobierno de Don Antonio Guzmán, con el Decreto 1304 del 9 de noviembre de 1979, que se da inicio a la degradación de la cuenca del Río Tireo, convirtiéndo tierras boscosas en insumo de una reforma agraria que a la luz de 45 años después, debe conservar muy pocos, si acaso, de los favorecidos con ellas, bajo esquemas que no se cumplieron. Entendemos que aún por los años transcurridos el pago no se ha efectuado a los originales propietarios y que aún conservan sus títulos primarios.
Basta comparar las tierras intervenidas por el Gobierno y el desastre ecológico que arrastran y las tierras que se salvaron de esa inapropiada decisión política de entonces. Hoy solo queda enmendar esa realidad que atenta contra los recursos naturales de la cuenca del Río Tireo y su capacidad disminuida de generación de agua, al extremo de casi inutilizar la Presa de Pinalito y su producción de electricidad.
La oportunidad de hoy cuenta con muchos comprometidos a los que la frustración de los esfuerzos con ropaje político del pasado, no han conseguido hacer desistir de intenciones y abandonar propósitos de reforestación con material apropiado, de rescate de tierras cuya posesión afecta al rio, el cierre de pozos inadecuadamente realizados que drenan acuíferos de altura sin control ni criterios, el envenenamiento de aguas de correntía y embalses. Esto no es más que una declaración inicial que ha conseguido reaglutinar sanas intenciones dispersas, juntándolas en un proyecto común.
El M de MA tiene un descomunal compromiso al asumir la restauración medio ambiental de Constanza y Tireo y las necesidades no expresadas de Jarabacoa. El Ministro Ceara ha manifestado contar con un millón de dólares como cantidad inicial, aunque sabemos que hará falta más, mucho más, para conseguir logros tangibles que estimulen a seguir. El primer paso está dado y el ministro y su equipo, así como los Alcaldes de Constanza y Tireo, cuentan con una fuerza ciudadana activa y dispuesta